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lunes, 28 de diciembre de 2009

La anorexia degenera en afección psicológica: Los anoréxicos sufren trastornos de imagen y de baja autoestima sobre su personalidad; busca tratamiento





también un concepto errático sobre la imagen personal de las personas, que pone en peligro la salud de adolescentes y adultos, que son los que mayormente tienden a padecerla.
No es una enfermedad exclusiva de algunas personas ni de miembros de una clase social.
Es un trastorno de efectos adversos a la bulimia, que igualmente es un trastorno alimenticio y psicológico, con la diferencia de que el anoréxico restringe la alimentación y el bulímico come en exceso.
La anorexia tiende a manifestarse con más frecuencia entre adolescentes y adultos, con mayor repercusión entre las mujeres, debido a las actitudes y pensamientos negativos hacia sí misma o hacia su cuerpo.
El carácter de quienes la padecen cambia y la persona se va mostrando más susceptible, más irritable y ansiosa, con cambios bruscos en su estado de ánimo, perdiendo el interés por lo que le rodea.
Aparecen trastornos como la depresión, la ansiedad, la fobia, o pensamientos obsesivos, rituales y compulsiones.
De ahí la necesidad de que quienes sufran de anorexia sean tratados por un especialista de la conducta, además de un endocrinólogo y un nutricionista.
En esto juegan un papel importante los padres, la familia y su entorno.
El anoréxico se vuelve lento al comer, hace brotar comida en el plato o el recipiente en que come, la manosea, se pesa con frecuencia, palpa de forma repetida partes de su cuerpo y se ve constantemente en el espejo, además de que acumula informaciones sobre recetas y contenidos nutricionales.
La moda italiana se impuso en 2006 un Una vez que baja el peso deseado, el anoréxico pierde el control y quiere seguir reduciendo, pues habrá una parte de su cuerpo que para él todavía no está delgada.
Los anoréxicos tienden a pesar un 15 por ciento menos de su peso corporal normal y si continúa sin alimentarse llegaría a sufrir niveles de desnutrición agravados que requerirían su hospitalización urgente en momentos determinados .
Cómo tratarla
Los especialistas sugieren tratar con sumo cuidado a los pacientes, debido a que psicológicamente podrían afectarlos y llevarlos hasta a la depresión con la peor de las consecuencias.
Tan pronto los familiares detectan la anormalidad alimenticia o conductual, deben buscar la asistencia de profesionales sin que la persona perciba presiones.
Los nutricionistas y endocrinos inician el tratamiento del paciente induciéndolo a la alimentación para disminuir la desnutrición y durante ese proceso puede sufrir molestias estomacales y digestivas, por la costumbre de ingerir pocos alimentos.
En la mujer, cuando se restablece el hábito alimenticio, comienza a regularizar su situación menstrual.
Logrado esto, entonces debería iniciarse el tratamiento psicológico, para eliminar los conceptos erróneos sobre comer, alimentarse y la figura corporal, así como sobre la autoestima y el desarrollo de actividades sociales y de comunicación.
La familia juega un papel muy importante tanto en la detección y tratamiento del paciente, ya que es quien debe estar al pendiente de sus integrantes y dar la voz de alarma cuando halla indicios de la enfermedad, y su participar en las terapias.
Síntomas
• Percepción del cuerpo en forma distorsionada, sintiéndose “gorda” cuando no lo está.
• Suspensión de la menstruación (amenorrea).
• Ingesta progresivamente baja de alimentos, reducción de peso y evaluación de la figura.
• Baja autoestima y autodevaluación.
• Tristeza y depresión recurrentes; sensación de vacío y de pocos logros.
• Desmotivación e incapacidad de disfrutar de placeres.
• Aislacionismo y deterioro en las relaciones familiares e interpersonales.
• Disminución en el deseo y la actividad sexual; ansiedad, nerviosismo e irritabilidad.
• Mala salud física: infecciones respiratorias, mala digestión, dolor de cabeza y espalda; dificultad para concentrarse.
• Sensación de frío constante, resequedad de la piel, caída del cabello, aparición de vello fino.
“Hace años que me interesa el problema. ¿Quién es responsable de que las chicas padezcan anorexia? Los medios en general, la televisión, la moda. Por eso me parece aún más relevante que una marca de moda trate el tema y apoye esta campaña”, dice Toscani.
El fotógrafo está acostumbrado a la polémica, que sus trabajos para la firma italiana Benetton nunca lograron eludir. Esta vez, No-l-ita, otra marca de ropa, le ha encargado que plasme en imágenes la tragedia del trastorno alimenticio. “Anorexia, no”, reza el cartel que muestra el cuerpo de Isabell Caro: más palabras sobran. Desde que tenía 13 años, esta joven francesa de 27 sufre anorexia. Tuvo una infancia dura, cuenta en su blog, bajo una fotografía en la que, vestida, no impresiona menos que sin ropa.

Lado oscuro en la profesión del brillo

Armani, Versace, Prada. Chanel, Dolce & Gabbana, Dior. Telas, colores, creaciones y, sobre todo, belleza. Quizás sea la magia que desprende la moda lo que le concede ese estatus de intocable, como si pudiera difuminarse al contacto con lo corriente.

En 2006, la uruguaya Luisel Ramos y la brasileña Ana Carolina Reston, dos jóvenes modelos, murieron a causa de la anorexia. La moda europea recibió la noticia como el jarro de agua fría que hacía tangibles las críticas ya tantas veces repetidas. A las modelos se las somete a una presión excesiva. Los diseñadores buscan cada vez mujeres más delgadas. El estrés es desmedido, las condiciones de trabajo insoportables. Y con frecuencia se recurre a chicas demasiado jóvenes, más influenciables y fáciles de manejar
En Italia, donde se inauguró este lunes la Semana de la Moda de Milán, los diseños de Elena Mirò ya no son objeto de burdos chistes. Por tercer año consecutivo, la modista demuestra que las modelos pueden pesar más de 40 kg y la moda lucir sobre cuerpos con carne además de huesos. “Todas las mujeres son radiantes” es el eslogan de su desfile.

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