El sistema judicial no es perfecto y sus errores provocan sentencias de privación de libertad injustas. El Tribunal Supremo acaba de absolver a un hombre que fue condenado a 36 años de prisión por violar a tres jóvenes al estimar ahora que es científicamente imposible que éste sea el autor.
Hay quien dice que el crimen perfecto no es el que no se resuelve, sino el que se resuelve con un falso culpable. La historia de la crónica negra española está llena de falsos culpables o acusados inocentes. Recientemente hemos podido comprobar cómo el sistema falló con Diego Pastrana, detenido en Tenerife por maltratar a la hija de su pareja sentimental, que posteriormente murió.
El linchamiento mediático al que fue sometido y la cadena de errores médicos llevaron a Diego a ser considerado como el asesino de Aitana. Su abogado, Plácido Alonso Peña, ha sido claro: "El joven aún no ha superado, no ya la muerte de la niña, sino todo lo que tuvo que soportar cuando fue acusado de unos malos tratos que jamás existieron, por el informe, que considero como falso, y que fue firmado por un médico".
Para el letrado no cabe duda de que todo esto, todo lo que tuvo que soportar, además del juicio paralelo mediático y social al que se vio sometido, han hecho que "Diego lo esté pasando muy mal y su estado sea más grave del que en un principio esperábamos".
Más largo se le hizo el "calvario" a Dolores Vázquez, conocida porque fue acusada del asesinato de la joven malagueña Rocío Wanninkhof. También sufrió el linchamiento de la opinión pública antes de que se confirmara su inocencia.
36 años por tres violaciones
Ahora, este martes, se ha sabido que el Tribunal Supremo ha absuelto a un hombre que fue condenado por la Audiencia Provincial de Las Palmas a 36 años de prisión por violar a tres jóvenes en el barrio grancanario de Tafira, ya que el Alto Tribunal estima que es científicamente imposible que éste sea el autor.
El hombre ha salido de prisión y "ya está en su casa con sus padres". Su abogado, Sergio Armario Hernández, se felicitó por el fallo del TS, y consideró que se había cometido "un error" con su defendido, contra el que "no había pruebas de cargo", dijo, sino las "declaraciones de tres víctimas que fueron violadas por una persona que tenía el mismo modus operandi".
A juicio del abogado, "había muchos factores que hacían casi imposible" que su defendido "fuera el autor" de las tres violaciones que se le imputaban. Entre ellas citó el hecho de que hubieran transcurrido diez años desde que se cometieran los hechos denunciados por las víctimas, que éstas en 1997 declararan no haber visto la cara de su agresor o la adicción a la heroína y la minusvalía psíquica del 66 por ciento que sufre el ahora absuelto como consecuencia de un atropello sufrido en 1995, que le dejó "al borde de la muerte".
La Sala de lo Penal del TS acordó absolver a Ricardo Santiago C.C. porque con las pruebas de ADN de las que se dispone no se le puede condenar. La Audiencia Provincial de las Palmas sí consideró probado que las tres violaciones tuvieron lugar entre el 13 y el 17 de noviembre de 1997 y, por ello, le impuso 36 años de cárcel, 12 por cada violación, así como una indemnización total de 30.000 euros y una multa de 1.000 euros por tres faltas de lesiones.
Tomado del: Imparcial.es
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