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sábado, 1 de mayo de 2010

El derrame de petróleo llega a la costa de Luisiana

Catástrofe internacional

Una mancha de petróleo de gran tamaño llegó el viernes a la costa de Luisiana, en Estados Unidos. El crudo, derramado tras un accidente en una plataforma petrolera del Golfo de México, habría llegado a una isla del delta del Mississippi, según le dijo a la BBC un funcionario local.

El gobernador del vecino estado de Florida, Charlie Christ, declaró el viernes el estado de emergencia en varios condados, a los que se espera que la mancha de petróleo llegue en las próximas horas.

Luisiana ya había declarado antes el estado de emergencia para hacer frente al derrame.

Los estados de Mississippi y Alabama también están amenazados por el derrame que avanza hacia sus costas.

Según los expertos, esto podría convertirse en el peor desastre ecológico de Estados Unidos y tiene el potencial de afectar a cientos de especies que viven en el litoral, además de perjudicar la pesca y la economía de la región.

En tanto, la Casa Blanca prohibió las perforaciones petroleras en nuevas áreas de la costa hasta que concluyan las investigaciones en torno a la explosión y posterior hundimiento de la plataforma Deepwater Horizonoperada por la compañía British Petroleum (BP).

Por su parte, el presidente Barack Obama hizo hincapié en que la compañía pagará por la limpieza de la mancha de petróleo.

Olor a petróleo

Algunos residentes de áreas costeras le confirmaron al corresponsal de la BBC en Luisiana, Andy Gallacher, que ya se podía oler el petróleo. Por ejemplo Margaret Guidry, de Nueva Orleans, calificó el aroma de "apestoso".

Otros expresaron su preocupación por los pantanos de la zona, que tanto han demorado en recuperarse tras el impacto del huracán Katrina. Otros mostraron su inquietud por el impacto en la economía local.

Kamah Asha Wilson Gonzales, de Luisiana, le comentó a la BBC: "Me preocupa nuestra industria alimenticia , pero a la vez me alegra saber que esto es prioridad para el gobierno".

"Duro golpe"

Ashleigh Cox, de Alabama, que es dueña de un restaurante de mariscos, dijo que no sólo podía oler el petróleo, sino que además un pescador que abastece a su local le advirtió que su negocio podría quedarse sin pescado durante las próximas semanas.

"No se ha pescado en estos días y tampoco tendremos turistas que vengan a aguas contaminadas. Esto va a significar un duro golpe a nuestra economía personal y local, tan cerca de los meses de verano", advirtió Cox.

Unos 5.000 barriles de crudo -cinco veces más de lo que se pensaba- se vierten diariamente en las aguas del Golfo de México.

Once trabajadores siguen desaparecidos, aunque se presumen muertos.

Obama anunció que se desplegarían "todos los recursos disponibles" para ayudar a contener el derrame. La marina fue enviada para tratar de prevenir un inminente desastre ecológico.

"Importancia nacional"

"Esto es muy, muy serio", expresó David Kennedy, de la Dirección Nacional para la Atmósfera y Océanos.

El jueves se declaró una temporada de emergencia de pesca de camarones, para permitir que los pescadores lleven su producto a tierra antes de que se contamine con petróleo.

También el jueves, el gobierno estadounidense calificó el derrame "de importancia nacional.

La medida permite movilizar los recursos necesarios para tratar de aliviar las consecuencias de la mancha de crudo.

El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, declaró el estado de emergencia y pidió el envío de uno 6.000 efectivos de la Guardia Nacional para ayudar en las labores de limpieza.

La costa de Luisiana, la más amenazada por el derrame, es rica en criaderos de ostiones y camarones.

Desafío para Obama

Este viernes, el gobierno de Obama prohibió las perforaciones petroleras en nuevas áreas de la costa estadounidense hasta que concluyan las investigaciones sobre la causa del derrame de la plataforma de BP.

"No se han autorizado ni autorizaremos nuevas perforaciones hasta determinar qué ocurrió y si fue algo que se podría haber prevenido", declaró David Axelrod, asesor de la Casa Blanca, a la cadena de televisión ABC News.

Según los observadores, esto significa un cambio de postura respecto de la decisión del presidente Obama de habilitar franjas de la costa estadounidense para la perforación en busca de crudo.

Hasta el jueves, la Casa Blanca había defendido los planes del mandatario a pesar de las presiones de grupos ambientalistas y políticos demócratas que representan a zonas costeras, que insistían en repensar esta política tras el desastre en el Golfo de México.

BP en problemas

Este viernes, las acciones de BP continuaron cayendo y registraron una pérdida del 12%. Esto ya representa pérdidas de alrededor de US$20.000 millones.

Según analistas, esta cifra parece menor en comparación con los perjuicios que el derrame por lo que el derrame podría causarle en demandas por compensación, que podrían costarle hasta US$450.000 millones.

Los pescadores de camarones de Louisiana ya interpusieron una demanda por negligencia contra BP y otras compañías involucradas en la extracción de crudo como Transocean, Halliburton y Cameron.

Obama anunció que altos funcionarios estadounidenses viajarían este viernes a la zona del desastre para asegurarse de que la petrolera británica y el gobierno están haciendo todo lo posible no sólo para responder al incidente, sino también para determinar sus causas.

La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, dijo que la responsabilidad última del derrame es de BP.

El corresponsal de BBC Mundo en Washington, Carlos Chirinos, comentó que, durante la rueda de prensa ofrecida en la Casa Blanca, los portavoces oficiales señalaron una y otra vez la responsabilidad de la compañía en el accidente.

Chirinos informa que en incontables ocasiones tanto el vocero de la presidencia, Robert Gibbs, como Napolitano se refirieron al desastre como "el derrame de BP" y, aunque aseguraron que no se trata de adjudicar culpas, está claro que para Washington la empresa británica es la única responsable.

Sin embargo, el corresponsal añade que BP no termina de aceptar esa culpa y, de hecho, ha sugerido que los controles de seguridad industrial eran competencia de la empresa contratista que operaba la plataforma.

"Será muy difícil para la petrolera distanciarse de las eventuales demandas legales y exigencias de reparación laborales y ambientales que puedan venir en el futuro", explica Chirinos.

De hecho, este viernes el propio Obama hizo hincapié en que la compañía pagará por las tareas de contención y limpieza de la mancha. El presidente también aseguró que el gobierno federal está dispuesto a cumplir con sus responsabilidades para ayudar a las comunidades locales afectadas por el desastre.

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