Luego la esposa, que se llama Fransiska según su tarjeta de identificación oficial, le presentó una declaración falsa en la que se certificaba que es una mujer. El rumor se extendió entre los vecinos, que amenazaron con desnudarla para revelar su auténtico sexo hasta que finalmente la farsante se rindió y se entregó a la Policía. Fransiska ha sido acusado de fraude y falsificación documental, y de ser encontrada culpable de ambos delitos se enfrenta a una pena máxima de siete años en prisión. Según las primeras pesquisas, la pareja se conoció al parecer hacer unos meses en Facebook, tremendamente popular en Indonesia. La timadora contrató a dos actores para que se hicieran pasar por sus padres.
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