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miércoles, 8 de junio de 2011

La narcomodelo Angie Sanclemente vive "un infierno" en la cárcel


Angie Sanclemente, la modelo colombiana acusada de liderar una peligrosa banda dedicada al narcotráfico, rompió el silencio y declaró que su vida en prisión es "un infierno y una pesadilla".
 
A casi un año de su detención en un hostel en Palermo en manos de la Interpol, acusada de integrar una red de narcotráfico, Sanclemente confiesa que ahora se siente más resguardada pero que estar en prisión es una experiencia "muy dura". La modelo afirma que durante los primeros meses de su captura fue golpeada y recibió amenazas de muerte, no solo contra ella sino contra su madre, quien se mudó a Buenos Aires luego de su captura. 
 
Según su abogado defendor, el argentino Germán Matías Delgado, la modelo tuvo que lidiar con circunstancias que pudieron haber acabado con su vida. "Tuvo ataques muy fuertes, pero cuando fue llevada a los tribunales manifestó que no quería hacer ninguna denuncia; porque cuando denuncias a una persona que te atacó dentro de la cárcel puedes ser asesinado al volver. Angie está entre la espada y la pared".
 
Por su parte, Sanclemente asegura que a pesar de estar mejor, todavía siente que su reclusión es un "infierno" y una "pesadilla", confiesa que también ha tenido momentos de introspección y crecimiento personal. "En la cárcel me he enriquecido fuertemente en mi parte espiritual, aprendí a ver la vida y a sentir diferente para poder entender a las personas; por eso no quiero hablar mal de las internas. Me levantaba todos los días muy asustada y le pedía a Dios que me ayudara. Me golpearon, querían plata y como pusieron un embargo de cuatro millones de dólares pensaban que tenía mucho dinero; me estaban extorsionando", afirma 
 
"Estamos en la cárcel, hay gente muy necesitada, que no se crió con suficiente amor, no la puedo culpar. Logré que me dieran un resguardo y ahora estoy en un pabellón con ocho personas de las cuales tengo dos amigas a las que quiero mucho. Además estoy estudiando sociología", remata. Mientras espera su juicio, programado para octubre, Angie sueña recuperar su libertad para reunirse con su mamá y sus mascotas: "La vida para nosotros se tornó muy difícil, a mi mamá le ha tocado muy duro, hasta ha tenido que limpiar casas. Tan pronto salga quiero sentarme en un parque y poder disfrutar de cada cosa, caminar libremente".  

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