Los cadáveres de Ana María Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga fueron encontrados a espaldas de un panteón en el oriente de la capital y se presume que fueron estranguladas, señaló en un comunicado la Procuraduría de Justicia local.
La revista Contralínea informó inicialmente del hallazgo de los cadáveres de las periodistas en la populosa delegación Iztapalapa.
La Procuraduría capitalina inició una investigación por el homicidio de las periodistas, sin que refiriera ninguna hipótesis sobre su muerte.
Yarce fundó la revista y se desempeñaba como responsable de relaciones públicas de Contralínea. González era colaboradora independiente de la misma y ex reportera de la cadena de televisión Televisa.
La Procuraduría señaló que ambas tenían 48 años, aunque un vocero de Contralínea, Zósimo Camacho, dijo a la AP que Yarce tenía 45 años y desconocía la edad de González.
José Carlos Cervantes, vocero de la policía local, dijo que los cuerpos sin vida de las mujeres fueron hallados a primera hora del jueves con marcas de estrangulamiento y las manos atadas atrás de la espalda.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos señala que 72 periodistas han sido asesinados en el país desde el 2000. Otros grupos de prensa citan cifras menores.
Al iniciar el jueves el periodo de sesiones en el Congreso, los legisladores guardaron un minuto de silencio en memoria de las periodistas.
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