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martes, 7 de febrero de 2012

¿Puede el amor enfermarte?


El Caribe. -En la actualidad, para nadie es un secreto el papel que juegan las emociones humanas en la concepción de la salud integral, y desde luego, en el desarrollo de las enfermedades.La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que más del 90% de las enfermedades tienen un origen psicosomático, de hecho, las características de las personalidad, el manejo que tenemos de las emociones y la manera de lidiar con el estrés, conflictos, fracasos y frustraciones pueden potenciar o desarrollar diversas enfermedades.

Una de los estados que provocan mas enfermedades sicosomáticas es el enamoramiento. Dicen los científico que el amor es una enfermedad mental, un estado de dependencia, que sin el amor uno no puede vivir y hasta a veces provoca serios trastornos mentales que llevan a que una persona tenga un desequilibrio mental y pueda llegar a matar a otra persona o atentar contra su propia vida.

Según el  médico árabe Alì ibn al-Abbas al-Magusi, quien además fue un sabio enciclopedista y un prolífico escritor,  decía que el mal de amor  se podía introducir  entre las pesadillas y la parálisis. Para combatirlas recomienda medidas “humedecedoras” como los baños de agua dulce, montar a caballo y mucho deporte, entre otras. Sostenía  que el enfermo del mal de amor debía mantenerse ocupado para que sus pensamientos se desviaran  y que si así  lo hacía  con el tiempo olvidaría a la persona que con tanta pasión amaba.

De acuerdo con la sicóloga Aracelis Nuñez hay que tener presente que las enfermedades que vienen asociadas a una relación de pareja, siempre tienen que ver con el estrés crónico, lo que se podría definir como un desajuste del organismo, algo que con el correr del tiempo hace que el organismo se desgaste y que nuestros mecanismos de adaptación fracasen.

Núñez  explica que las enfermedades más comunes se dan a nivel cardiovascular, triplicándose estas  posibilidades en el caso de la mujer.

También se presentan muchos  inconvenientes a nivel gastrointestinal (por ejemplo, colon irritable, lo que provoca diarreas repentinas), se puede duplicar la posibilidad de diabetes tipo 2, y a nivel cerebral puede haber daños en una zona de nuestro cerebro que tiene que ver con la memoria, el aprendizaje y la concentración. También se dan muchos trastornos del sueño o de la alimentación. Todo esto va pasando lentamente y al principio no se le atribuye a la mala relación de pareja.

“Cuando se pierde la esperanza aparece una sensación de derrota. Cuando se sabe con certeza que nada va a cambiar y no quedan fuerzas para seguir luchando aparece la enfermedad. Pero será sólo la punta del iceberg.

Por debajo de las enfermedades cardiovasculares, de hormonas que se descontrolan, de un sistema inmune que enloquece y se ataca a sí mismo, de un cerebro que no puede proteger ni a sus propias neuronas, por debajo de todo esto,  está el dolor emocional, un dolor que grita en el cuerpo lo que las palabras no pueden decir. Eso es el estrés conyugal”, dice la experta.

Un dolor con causas científicas

Por más extraño que pueda parecer, científicos italianos descubrieron las razones biológicas de lo que se conoce como el “mal de amores”, un padecimiento que no contempla sexo ni edad.

Gustavo Adolfo Becquer, en el siglo XIX, expresó: “Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes a dónde va. Ya hay respuesta a tanta incertidumbre.

Al parecer,  el famoso “mal de amores” tendría origen científico legitimado por el mundo de la medicina. Según un estudio científico, la causa del “mal de amores” reside en los neurotransmisores y en los genes de las personas.

Según se indicó en un informe de Ansa, el amor se va de la mano de la serotonina, una  sustancia sintetizada en las neuronas serotoninérgicas en el sistema servioso central

“Cuando uno está feliz, explica Denisa Legac, profesora de la Universidad de Graz, en Austria, el amor es la cosa más bella del mundo. Pero cuando se sufre se convierte en una auténtica patología, una obsesión de la que es difícil desprenderse.

Luego de largo tiempo de análisis, el equipo de investigación aportó insospechados datos científicos para dar un abordaje “técnico” al sufrimiento por amor que, asegura, pone en riesgo la seguridad de uno y la de los otros
Los índices analizados en la investigación demostraron que el mal de amor  aumenta el riesgo de suicidios y homicidio y que el  50 por ciento de los asesinatos se produce en el ámbito conyugal y el 45 por ciento de las mujeres asesinadas son víctimas de sus parejas actuales o anteriores.

No se debe reprimir el sentimiento de tristeza
Muchas personas cometen el error de reprimir el mal de amores en vez de aceptarlo y con ello oponerse activamente contra él.

Según los expertos, a menudo esto trae consigo consecuencias más graves como síntomas psicosomáticos como dolor de cabeza y abdominal, aislamiento social, problemas en el trabajo y la escuela, incapacidad para hacer frente a la vida cotidiana y represión de la realidad, entre otros casos.

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