SAN JOSE DE OCOA.
El exconvicto Erick Manuel Andújar (Peña) afirmó ayer que el fiscal José
Miguel Cuevas Paulino se dejó utilizar por sectores que le adversan,
para “callarlo por siempre”, al intentar colocar un arma debajo de un
colchón de su casa, durante un allanamiento para atribuirle la propiedad
y prepararle un expediente. Aseguró que las fiscales canceladas
Roxanna Rodríguez y Nerys Soto Féliz, estarían detrás de la trama que
buscaba enviarlo a prisión durante varios años y que si no hubiese sido
por el trabajo de un camarógrafo contratado por la Fiscalía de Ocoa,
estaría preso.
El Nacional realizó ingentes esfuerzos visitando en dos ocasiones la casa del destituido y posteriormente renunciante fiscal Cuevas Paulino, localizada en Don Gregorio, Nizao, Baní, para obtener su versión, pero su esposa Victoria de Cuevas, informó que no se encontraba.
El otro fiscal, Felipe Isa, que participó en el allanamiento, no ha sido mencionado por las autoridades.
Peña dijo que nunca conoció a Cuevas Paulino pero que a raíz de su denuncia de que pagaba 10 mil pesos semanales a fiscales y 10 mil pesos a miembros de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), para realizar sus operaciones de ventas de drogas, contra él, existe una persecución constante.
Al preguntarle si temía por su vida dijo “no temo por mi vida, yo miedo no tengo, el miedo lo perdí hace tiempo. Lo único que quiero es que no le pase nada a mis hijos y mi esposa, que me dejen tranquilo y que se haga justicia”, precisó durante la entrevista realizada en su casa, ubicada en el barrio San Antonio, Las Mercedes.
El Nacional realizó ingentes esfuerzos visitando en dos ocasiones la casa del destituido y posteriormente renunciante fiscal Cuevas Paulino, localizada en Don Gregorio, Nizao, Baní, para obtener su versión, pero su esposa Victoria de Cuevas, informó que no se encontraba.
El otro fiscal, Felipe Isa, que participó en el allanamiento, no ha sido mencionado por las autoridades.
Peña dijo que nunca conoció a Cuevas Paulino pero que a raíz de su denuncia de que pagaba 10 mil pesos semanales a fiscales y 10 mil pesos a miembros de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), para realizar sus operaciones de ventas de drogas, contra él, existe una persecución constante.
Al preguntarle si temía por su vida dijo “no temo por mi vida, yo miedo no tengo, el miedo lo perdí hace tiempo. Lo único que quiero es que no le pase nada a mis hijos y mi esposa, que me dejen tranquilo y que se haga justicia”, precisó durante la entrevista realizada en su casa, ubicada en el barrio San Antonio, Las Mercedes.
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