NUEVA YORK._ La niñera dominicana Joselyn Ortega admitió durante una audiencia especial en la Corte Suprema Estatal de Manhattan que asesinó a los niños Leo y Lucía Krim de 6 y 2 años de edad, en el apartamento donde estaban a su cuidado en octubre del 2012, situado en un edificio de la calle 75, cerca del Parque Central.
Después de haber negado los dos crímenes durante dos años, Ortega, de 52 años de edad y nacida en la provincia de Santiago de los Caballeros, República Dominicana, confesó los crímenes y pidió que rezaran por ella, diciendo "¡Oh, Dios mío, lo siento por lo que he hecho. Libérame de mi miseria!.
Originalmente, la abogada defensora de la niñera había alegado incapacidad mental para enfrentar un juicio, pero exámenes psiquiátricos ordenados por la corte determinaron lo contrario.
Ortega, quien intentó suicidarse, tratando de degollarse con uno de los dos cuchillos que usó en los asesinatos de los menores, estuvo semanas en cuidados intensivos del hospital Presbiteriano en el Alto Manhattan, donde fue arrestada y acusada por la policía.
Ella confesó que mató a los menores, porque estaba enojada con los sus padres, Kevin y Marina Krim, acusándolos de maltratarla como empleada, obligarla a hacer la limpieza del apartamento y negarle dinero cuando lo necesitaba, además de no querer aumentarle el sueldo.
Relató a los investigadores que la niña asesinada trató de defenderse para salvar su vida, cuando la mató primero y luego acuchilló al varón.
Ortega fue sorprendida poco después de los crímenes por la madre de las víctimas, que acababa de llegar de una escuela de música, cercana al apartamento y encontró a sus hijos en un charco de sangre. La niñera estaba todavía con uno de los cuchillos en la mano y en presencia de la señora Krim, trató de degollarse.
La acusada también alegó que mató a los menores, porque los padres le cambiaban frecuentemente el horario de trabajo, lo que le hacía perder las citas con el psiquiatra, con el que se trataba por problemas emocionales.
"Tenía que hacer todo el trabajo en el apartamento y cuidar también de los niños", añadió ella en la audiencia a puerta cerradas.
"Dios me perdone. Fueron muchas cosas que me obligaron a matarlos. Recen por mí", pidió la acusada.
La señora Krim dio a luz en octubre un cuarto hijo que ahora viene a sustituir al menor asesinado, junto a la hija de 4 años de edad, que se salvó el día de los asesinatos porque estaba en su escuela de ballet.
¿Quién les hizo eso a los niños?
Cuando la niñera fue presentada para ser instruida formalmente de los cargos en la corte, en octubre del 2013, preguntó "¿quién les hizo eso a los niños?", al ver las impactantes imágenes que se le mostraron de los cadáveres de las víctimas.
Su abogada, Valerie Van Leer - Greenberg dijo que ella le presentó las fotografías a la acusada durante una audiencia de presentación en la corte.
"Estas imágenes son muy gráficas", señaló la jurista, añadiendo que las fotos no lograron sacudir la memoria de Ortega, imputada de los crímenes.
Desde que despertó del coma inducido en el hospital, donde fue ingresada en estado crítico, luego de intentar degollarse, la niñera había sostenido hasta ahora su inocencia.
Los fiscales alegaron que todas las pruebas de ADN la incriminan, además de otras evidencias.
El doble crimen conmovió la conciencia de los neoyorquinos y el mundo, ganando amplia cobertura y difusión en los medios de comunicación.
Antes de los asesinatos, los padres y los niños habían visitado por nueve días la casa de la familia de Ortega en Santiago de los Caballeros y la señora Krim subió docenas de fotos en su blog personal.
Después de haber negado los dos crímenes durante dos años, Ortega, de 52 años de edad y nacida en la provincia de Santiago de los Caballeros, República Dominicana, confesó los crímenes y pidió que rezaran por ella, diciendo "¡Oh, Dios mío, lo siento por lo que he hecho. Libérame de mi miseria!.
Originalmente, la abogada defensora de la niñera había alegado incapacidad mental para enfrentar un juicio, pero exámenes psiquiátricos ordenados por la corte determinaron lo contrario.
Ortega, quien intentó suicidarse, tratando de degollarse con uno de los dos cuchillos que usó en los asesinatos de los menores, estuvo semanas en cuidados intensivos del hospital Presbiteriano en el Alto Manhattan, donde fue arrestada y acusada por la policía.
Ella confesó que mató a los menores, porque estaba enojada con los sus padres, Kevin y Marina Krim, acusándolos de maltratarla como empleada, obligarla a hacer la limpieza del apartamento y negarle dinero cuando lo necesitaba, además de no querer aumentarle el sueldo.
Relató a los investigadores que la niña asesinada trató de defenderse para salvar su vida, cuando la mató primero y luego acuchilló al varón.
Ortega fue sorprendida poco después de los crímenes por la madre de las víctimas, que acababa de llegar de una escuela de música, cercana al apartamento y encontró a sus hijos en un charco de sangre. La niñera estaba todavía con uno de los cuchillos en la mano y en presencia de la señora Krim, trató de degollarse.
La acusada también alegó que mató a los menores, porque los padres le cambiaban frecuentemente el horario de trabajo, lo que le hacía perder las citas con el psiquiatra, con el que se trataba por problemas emocionales.
"Tenía que hacer todo el trabajo en el apartamento y cuidar también de los niños", añadió ella en la audiencia a puerta cerradas.
"Dios me perdone. Fueron muchas cosas que me obligaron a matarlos. Recen por mí", pidió la acusada.
La señora Krim dio a luz en octubre un cuarto hijo que ahora viene a sustituir al menor asesinado, junto a la hija de 4 años de edad, que se salvó el día de los asesinatos porque estaba en su escuela de ballet.
¿Quién les hizo eso a los niños?
Cuando la niñera fue presentada para ser instruida formalmente de los cargos en la corte, en octubre del 2013, preguntó "¿quién les hizo eso a los niños?", al ver las impactantes imágenes que se le mostraron de los cadáveres de las víctimas.
Su abogada, Valerie Van Leer - Greenberg dijo que ella le presentó las fotografías a la acusada durante una audiencia de presentación en la corte.
"Estas imágenes son muy gráficas", señaló la jurista, añadiendo que las fotos no lograron sacudir la memoria de Ortega, imputada de los crímenes.
Desde que despertó del coma inducido en el hospital, donde fue ingresada en estado crítico, luego de intentar degollarse, la niñera había sostenido hasta ahora su inocencia.
Los fiscales alegaron que todas las pruebas de ADN la incriminan, además de otras evidencias.
El doble crimen conmovió la conciencia de los neoyorquinos y el mundo, ganando amplia cobertura y difusión en los medios de comunicación.
Antes de los asesinatos, los padres y los niños habían visitado por nueve días la casa de la familia de Ortega en Santiago de los Caballeros y la señora Krim subió docenas de fotos en su blog personal.
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