NUEVA YORK (AP) — Pedro Martínez subió al montículo del Fenway Park la noche del 13 de julio para abrir el Juego de Estrellas. Para entonces, el derecho dominicano de los Medias Rojas de Boston era el foco de la atención. Cada una de sus aperturas eran esperadas con antelación, y no defraudaba a los fanáticos que pagaban boletos o miraban la televisión. Martínez retiró por la vía del ponche a los tres primeros bateadores del conjunto de la Liga Nacional: Barry Larkin, Larry Walker y Sammy Sosa.
En la parte alta del segundo inning, ponchó a Mark McGwire. Acto seguido, Matt Williams se embasó por un error. Pero de todas formas pudo completar el 1-2-3, cuando le pasó el tercer strike a Jeff Bagwell y Williams fue sacado out en segunda por el tiro del receptor Iván Rodríguez en el intento de robo. Larkin entró al Salón de la Fama en 2012, mientras que los nombres de Walker, Sosa, McGwire y Bagwell aparecen en la actual lista de aspirantes a Cooperstown. El martes, Martínez puede convertirse en el segundo dominicano en ser elegido al Salón de la Fama del béisbol, siguiendo los pasos de Juan Marichal, otro pitcher que marcó época en las Grandes Ligas.
¿Lo hará en su primer año en la papeleta de la votación de los miembros de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica? Quizás no tenga que esperar más de la cuenta como le pasó a su compatriota para conseguir el 75% mínimo de los votos. Marichal se quedó corto en las primeras dos elecciones –en la segunda por apenas siete votos– hasta que logró ser exaltado en 1983. “Estoy como todos ustedes, esperando el momento”, dijo Martínez en febrero del año pasado cuando los Medias Rojas iniciaban su pretemporada en Florida. “Me veo con una oportunidad. Pero no depende de mí. Sólo me toca esperar”.
Randy Johnson y John Smoltz son las otras figuras sobresalientes que por primera vez se someten a una elección de la BBWAA, y cuyos resultados se conocerán el martes. Craig Biggio y Mike Piazza sobresalen dentro de los peloteros que en años previos estuvieron más cerca del 75%. Son tantos y tantos los momentos del nacido en Manoguayabo, un pueblo situado a media hora del oeste de la capital Santo Domingo. Allí fue, cuando era un jovencito, donde se relajaba “sentado bajo la sombra de un árbol de mango sin tener los 50 centavos para pagar el autobús”.
El Pedro Martínez que lanzó entre las temporadas 1996-2004 es sencillamente inigualable. Todo un ciclo sublime en el que ganó tres veces el premio Cy Young y en otras cuatro oportunidades figuró entre los cuatro más votados al mejor lanzador de la Liga Americana. Martínez se retiró tras la campaña de 2009 con una foja de 219-100, efectividad de 2.93, 3.154 ponches y 760 boletos en 2.827 innings. En dos ocasiones dejó su porcentaje de carreras limpias por debajo de 2.00 y ganó el título de efectividad cinco veces.
Si habría que seleccionar su mejor campaña, la de 1999 es la que siempre salta a la vista. Fue cuando registró marca de 23-4, con efectividad de 2.07 y 313 ponches en 213 innings y un tercio. Debió haber ganado el galardón al Jugador Más Valioso ese año y, de hecho, superó a Iván Rodríguez en cuanto a más votos al primer lugar (8-7), pero dos periodistas declinaron incluirlo en sus papeletas. Y Martínez fue incluso mejor al año siguiente, en el que conquistó su tercer Cy Young y acabó con efectividad de 1.74. Todo esto en medio del apogeo de los números ofensivos y la “Era de los Esteroides”.
En la pasada temporada, Clayton Kershaw fue indudablemente el lanzador más avasallador de las mayores al cerrar con efectividad de 1.77. Para poner las cosas en perspectiva, una de las estadísticas que mejor calibran el dominio de un lanzador es la de efectividad ajustada (ERA-plus en inglés), la cual mide la efectividad y añade el efecto que tiene el estadio de casa del jugador. En su campaña de 2000, en Fenway Park, el ERA-plus de Martínez fue de 228, 31 puntos por encima del obtenido por Kershaw este año.
Además, Martínez fue pieza esencial de la rotación de los Medias Rojas que en 2004 puso fin a una sequía de 86 años al ganar la Serie Mundial. Después de esa consagración, Martínez firmó como agente libre con los Mets de Nueva York. Sus dolencias en el hombro empezaron a menguarle, pero igual preservó su protagonismo. El fervor que generaba se pudo plasmar en unas líneas de la película “Inside Man” dirigida por Spike Lee y estrenada en 2006, en la que se escucha decir a un actor de reparto hablar entusiasta de tener entradas para un juego de los Mets, “íY a Pedro le toca lanzar!”
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