29 de abril
Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Colosenses 2:7.
Jazmín se sentó sobre una enorme piedra, frente al mar, y suspiró ¿Recuerdos robados de la vida? ¡Sí Jazmín vivía de ellos; los disfrutaba. Ella dirigía las escenas en sus sueños. En ese mundo suyo, nadie la hería ni la rechazaba, ni la hacía sentir inferior. En ese universo que a diario construía,
no había motivos para llorar.
El frío del agua traída por una ola la hizo volver a la realidad. Sacudió sus pies mojados. Miró a lo lejos, y sonrió. Allí todo era bello. ¿Cómo no creer en Dios, ante aquel cuadro fascinante que acuarela ninguna podría pintar?
Dentro de ella, sin embargo, no había belleza; solo el resentimiento y la amargura. Su corazón era un mar turbulento. ¡Contrastes de la vida! Se quedó un buen rato contemplando el mar.
Observó las olas salvajes, que golpeaban la roca bajo sus pies. Volvió a sonreír: aquellas ondas furiosas agredían inútilmente a la roca. Ella, señora del mar, parecía mirarlas socarronamente, como si dijese: “¿Se cansaron ya de golpear?”
Jazmín entendió el mensaje. ¿Por qué las actitudes ajenas la herían tanto? Ella no era roca; era pobre arena del mar. Hoja seca, pluma arrancada, papel hecho pedazos.
El consejo bíblico de hoy es: “Arraigados y sobreedifi cados en Él”. ¿En quién? En la Roca de los siglos, que resistió los vendavales de la injusticia humana, y murió perdonando a los que lo clavaban en la cruz.
En tus horas de dolor y de lágrimas, aparta los ojos de ti; de tus dolores, de las injusticias que las personas cometen contra ti, y dirígelos a Jesús. Agradécele por el dolor y por las circunstancias adversas, y verás que tu cielo se despeja. Y entenderás que, por detrás de las nubes oscuras, había luna y las estrellas brillaban en todo su esplendor.
¿Qué cosas no andan bien en tu vida? ¿Qué desafíos te esperan afuera?
¿Qué te hicieron las personas? No temas. Deposita tu confianza en Jesús, y parte sin temor, recordando el consejo bíblico: “Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias”.
La plenitud en Cristo
Alejandro Bullón
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