AUSTIN. El Comité de Asuntos Estatales de la Cámara de Representantes de Texas (EE.UU.) analiza un proyecto de ley que pretende que los hombres del estado sureño paguen una multa de cien dólares por “emisiones masturbatorias no reguladas”, además de incluir otras cláusulas para proteger “la santidad de la vida”.
La propuesta, con la que la legisladora estatal demócrata Jessica Farrar pretende llamar la atención sobre las restricciones al acceso a la salud y al aborto que sufren las mujeres del estado, penalizaría las emisiones de semen fuera de una vagina o un centro médico regulado, describiéndolas como “un acto contra un niño no nacido”, según describe el texto legal.
Las multas recaudadas en virtud de la medida, en caso de ser aprobada, se canalizarían al Departamento de Servicios Familiares y de Protección de Texas para el cuidado de los niños.
La legislación reclama también al Departamento de Servicios Estatales de Salud que explique las reglas en un folleto ilustrado titulado “El derecho del hombre a saber”, similar a un tríptico que reciben las mujeres de Texas que deciden abortar, que incluye una polémica investigación que vincula el aborto con un mayor riesgo de cáncer de mama, una cuestión muy criticada por varios demócratas.
“Muchas personas encuentran esta propuesta divertida”, apuntó Farrar en un comunicado. “Lo que no es divertido son los obstáculos que las mujeres de Texas enfrentan todos los días, creados en anteriores legislaturas, y que hacen muy difícil para ellas acceder a la atención de la salud”, denunció la legisladora.
El proyecto de ley HB 4260 añade también varias cláusulas que parodian legislaciones vigentes sobre la salud de las mujeres en el estado sureño.
Por ejemplo, los hombres que quieran someterse a una vasectomía, una colonoscopia o pedir una receta de Viagra se deberían someter antes a un examen rectal “médicamente innecesario” y una resonancia magnética del recto, según la ley de Farrar.
Después del examen, los hombres tendrían que esperar al menos 24 horas antes de poder obtener el procedimiento o la receta que querían, como ocurre en los casos de aborto.
Aunque la demócrata es consciente de que su proyecto de ley no será finalmente aprobado, esta férrea defensora de la salud de la mujer quiso señalar el “doble discurso sexista” y arrojar un poco de luz sobre las barreras a las que las mujeres texanas se enfrentan cuando se trata de su atención médica.
“¿Qué pasaría si los hombres tuvieran que someterse a los mismos procedimientos invasivos que las mujeres?”, se preguntó Farrar en el comunicado.
A mediados de marzo, el Senado de Texas aprobó dos proyectos de ley contra el aborto que han pasado a la Cámara baja: uno que evitaría que los padres demandaran a médicos si su bebé nace con un defecto de nacimiento sin previa notificación del mismo y otro que requeriría a los médicos asegurarse de que el feto está sin vida antes de realizar ciertos tipos de aborto.
Además, un juez federal bloqueó temporalmente a finales de 2016 una polémica regla que exige enterrar o incinerar los restos fetales, ya sean de un aborto provocado o involuntario.
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