LA ROMANA. El empleado privado Carlos Manuel Silvestre González, cuyo cadáver fue encontrado este martes con un disparo en la cabeza, se había mostrado contrariado y con deseos de acabar con su vida, según fuentes vinculadas a la investigación del caso.
González, de 38 años, fue encontrado en estado de descomposición en unos matorrales próximos a la Autovía del Este. Había sido reportado desaparecido luego de que el pasado 22 de junio saliera de la vivienda con rumbo desconocido.
El día anterior a su desaparición, la víctima lloró tras recibir una llamada telefónica mientras participaba de la celebración de un baby shower, dejando de manifiesto su intención suicida.
Carlos Manuel tenía entre sus piernas la pistola Arcus, calibre 9 milímetros, la cual era de su propiedad. También, llevaba en un bolsillo su celular y en la cartera la suma de 4,900 pesos y un dólar.
El occiso, quien residía en el sector Villa Pereyra, de La Romana, trabajaba en una estación de combustibles para lanchas en la comunidad turística de Bayahíbe, provincia La Altagracia. Dejó tres hijos en la orfandad.
González, de 38 años, fue encontrado en estado de descomposición en unos matorrales próximos a la Autovía del Este. Había sido reportado desaparecido luego de que el pasado 22 de junio saliera de la vivienda con rumbo desconocido.
El día anterior a su desaparición, la víctima lloró tras recibir una llamada telefónica mientras participaba de la celebración de un baby shower, dejando de manifiesto su intención suicida.
Carlos Manuel tenía entre sus piernas la pistola Arcus, calibre 9 milímetros, la cual era de su propiedad. También, llevaba en un bolsillo su celular y en la cartera la suma de 4,900 pesos y un dólar.
El occiso, quien residía en el sector Villa Pereyra, de La Romana, trabajaba en una estación de combustibles para lanchas en la comunidad turística de Bayahíbe, provincia La Altagracia. Dejó tres hijos en la orfandad.
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