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miércoles, 18 de abril de 2012

Madre insiste no es su hijo niño hallan muerto


La madre del niño Rafael Eduardo Jourdain afirmó este miércoles que el cadáver encontrado ayer en las márgenes del río Isabela no pertenece a su hijo  y agregó que mantiene la confianza en Dios de que éste aparecerá vivo.
Miguelina Jourdain afirmó que la edad y la dentadura del cadáver no se corresponden con la de Rafael Eduardo.
“Mi corazón de madre y mi confianza en el Señor me dicen ese no es mi hijo. Antes de ver el cadáver yo sabía que no se trataba de mi hijo”, dijo.
Agregó que “las madres tenemos la facultad de saber cuándo a los hijos le pasa algo”. 
La mujer, de 42 años de edad, asistente de finanzas de una empresa privada, mantiene su postura a pesar de que ninguna otra persona ha reportado un hijo perdido.
El Instituto de Patología Forense se disponía esta mañana a practicarle una prueba de comparación y la autopsia al cadáver del menor encontrado.
La institución convocó a los padres del niño a presentarse para que colaboren con la identificación. De lo contrario, le hará una prueba de Acido desoxirribonucleico (ADN) para determinar la identidad del menor.
En tanto que, Miguelina será  interrogada nuevamente esta tarde por la Dirección de Investigaciones Criminales de la Policía.
Miguelina, que profesa la religión evangéliga,  afirmó que Rafael Eduardo cumplió el 18 de marzo  cuatro años de edad y el cadáver encontrado es seis meses mayor.
Explicó que en un primer momento el padre de Rafael Eduardo se confundió porque vio el cadáver descompuesto y boca abajo. “En esa posición el pelo del cadáver se parecía a la de Rafael Eduardo”, expresó Miguelina, durante una entrevista en su casa del sector Invivienda, en Santo Domingo Este.
Indicó que no se presentó al Instituto de Patología porque observó el cadáver en el lugar del hallazgo y se percató de que no se trata de su hijo.
Ayer, al mediodía, fue encontrado el cadáver de un niño a orillas del río Isabela, en el sector La Trinitaria, próximo al ensanche Simón Bolívar en la zona norte de la Capital.
Al lugar  se presentaron Miguelina Jourdain y un comerciante que rehusó identificarse, pero dijo ser el padre del menor reportado desaparecido.
 “Es una escena que no quiero recordar. Después de ese momento jamás volveré a ser la misma”, manifestó entre sollozos.
Confió en el trabajo de búsqueda que realiza la Policía.
Dijo sentirse agradecida de la solidaridad recibida en los últimos cuatro días de su familia, de los hermanos de la iglesia, de los vecinos, de los maestros de la escuela de sus hijas.
El teléfono de su vivienda no para de sonar con llamadas de personas que quieren darle consuelo o interesarse de cómo van las investigaciones.
Los investigadores de la sección de desapareciones de la Policía continúan las averiguaciones sobre el caso.
UN APUNTE
  Parentesco
En Santiago, la señora Angela Jourdain  dijo que desde que se enteró de la desaparición del niño ha tratado de comunicarse con la madre de éste, Miguelina Jourdain, para determinar si existe parentesco entre ambas.
Dijo que los Jourdain llegaron de Curazao y se establecieron en la capital.

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