SAN JUAN, Puerto Rico (El Vocero).-En momentos en que el béisbol profesional puertorriqueño agoniza lucha por mantener vivo el interés de la fanaticada local, unas pioneras se atreven a soñar y tener su propia página en la historia.
La imagen de mujeres jugando béisbol profesional inevitablemente evoca a la película “A League of Their Own”, que presenta el esfuerzo de la primera liga femenina en momentos en que las estrellas de Grandes Ligas dejaron los campos de pelota por ir al escenario de combate en la Segunda Guerra Mundial.
Mañana, estas muchachas no entrarán al terreno con faldas por uniforme como incómodamente lo hicieron sus predecesoras estadounidenses, pero buscarán romprer barreras y estereotipos de que las mujeres no pueden jugar pelota.
“Y somos femeninas”, comentó Yeritza Monroig, jardinera de 30 años. Esto antes de comenzar la sesión de preguntas a manera de reacción a las preguntas sexistas que han recibido en la calle que se basan en injustos estereotipos a algunas mujeres que interesan adentrarse a este deporte.
“La gente piensa que porque jugamos béisbol o sóftbol somos 'machúas' y no es así”, agregó.
Lo cierto es que ningún deporte debe mirar el sexo o las preferencias de sus practicantes y mucho menos encasillarlas en un grupo discriminado. En muchas ocasiones, en el ámbito deportivo se ha adelantado lo que la sociedad ha tardado en aceptar, al permitir la competencia entre atletas de diferentes etnias alrededor del mundo.
Dicho esto es momento de comenzar con la liga femenina que tendrá mañana sus primeros partidos en el parque Santiago Iglesias. La ceremonia inagural está pautada para las diez de la mañana.
“Ese día juegan todos los equipos Hatillo contra Arecibo, Manatí contra Yauco”, expresó Monroig, quien juega con las Atenienses de Manatí.
Al igual que Monroig, Jennifer Colón jugó béisbol hasta los 13 años, pero optó por abandonar el deporte que le gustaba por el temor de los padres a que recibiera pelotazos y se dedicara a actividades más femeninas.
“Yo nunca había participado en una liga como tal. Si había competido en la escuela y lo deje por varios años”, dijo Colón, quien tiene 20 años.
“Empece a ir a las prácticas en mi barrio y mi novio juega béisbol y es árbitro y me motivó”, relató la intermedista de las Indias de Canóvanas.
“Yo queria hacer el equipo en Canovanas y cuando se presentó la oportunidad le dije a ella: 'vamos pa'l campo de bateo”, recordó Abel Morales, quien le ha dado su apoyo.
Por su parte, Monroig relata los sacrificios que una madre trabajadora tiene que hacer para mantenerse activa en el deporte que tanto le gusta.
Las jóvenes juegan “por amor al arte”, o mejor dicho al béisbol, porque a pesar de que la Liga se llama profesional, no reciben salarios por participar de este nuevo proyecto aunque si las ayudan con dietas y gasolina.
“Yo tengo dos nenes, soy paramédico, que a veces tengo que sacar tiempo de otras cosas, pero no he dejado de jugar porque antes jugaba sóftbol. Siempre saco tiempo para todo y mis papás me ayudan con los niños. Algunas veces ellos van conmigo al parque”, indicó Monroig.
La guardabosques señala que pudo hacer la transición del sótbol al béisbol. “Afecta un poco el tamaño de la bola y la velocidad.
Estas jóvenes quieren ser ejemplos para otras niñas y mujeres para que se motiven a coger un bate y un guante por toda la Isla. Y a juzgar por el crecimiento de la Liga, lo han logrado.
El año pasado, el circuito contaba con seis equipos. Mañana, la temporada que serea dedicada a doña vera Cristina zabala viuda de Clemente, inaugura con 11, en dos secciones.
La sección oriental contará con Arroyo, San Lorenzo, Canóvanas, Carolina y Roosevelt-San Juan.
Mientras, en la sección Occidental jugarán Yauco, Manatí, Toa Baja, Arecibo, Hatillo y Camuy.
“Las muchachas que nos ven, nos quieran seguir. Siempre hay un tiempo para el deporte”, destacó Colón. “Mi motivación es representar a tu pueblo y a Puerto Rico”.
“La meta mia es llegar a los Panamericanos”, dijo por su parte Monroig.
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