EL CAIRO.- Los militares salieron a las calles de El Cairo para reforzar un toque de queda nocturno al atardecer del viernes, en un día de motines y caos que representa una intensificación del desafío al gobierno autoritario de 30 años del presidente Hosni Mubarak.
Millares de personas desafiaron el toque de queda en la capital, extendido luego a todo el país, y trataron de irrumpir en dos edificios del gobierno, la televisión estatal y la cancillería. Otros oraban en las calles cairotas al caer la noche.
En varias ciudades del país los manifestantes incendiaron neumáticos y patrulleras policiales. Aun la sede central del partido gobernante ardía en llamas como consecuencia de la indignación, resentimiento y frustración con un régimen considerado corrupto, represivo y negligente de la pobreza que afecta a casi la mitad de los 80 millones de egipcios. Algunos manifestantes saqueaban televisores y ventiladores eléctricos del edificio en llamas.
Un manifestante murió, lo que eleva a ocho el número de muertes en cuatro días de protestas.
"No puedo creer que nuestra propia policía, nuestro propio gobierno, nos esté golpeando así", se asombró un manifestante en El Cairo, Ahmad Salah, de 26 años. "Este es un gobierno cobarde y tiene que caer. Vamos a asegurarnos de que así sea".
Los servicios de internet y teléfonos celulares, al menos en El Cairo, parecían interrumpidos desde la noche, en la medida más extrema hasta ahora para impedir que los opositores se organicen. Sin embargo, eso no impidió que decenas de miles de personas salieran a las calles, envalentonadas por el reciente levantamiento en Túnez, otra nación árabe del norte del Africa.
Las manifestaciones reiteradas y crecientes plantean serios interrogantes acerca de si Mubarak podrá aferrarse al poder. Egipto es el principal aliado árabe de Estados Unidos, pero Mubarak podría estar perdiendo el apoyo de Washington. El gobierno de Barack Obama le ha aconsejado públicamente que efectúe reformas y se abstenga de usar la violencia contra los manifestantes.
En una de muchas escenas insólitas el viernes, miles de manifestantes antigubernamentales provistos de rocas, vidrios y garrotes desalojaron a cientos de policías antimotines de la plaza central y varios de los policías se despojaron de sus uniformes e insignias y se unieron a los manifestantes.
Un reportero de la Associated Press vio a los manifestantes recibir alborozados a los policías que se les sumaban y cómo llevaban a algunos en andas en señal de triunfo.
Después de desalojar a la policía, miles de manifestantes colmaron la plaza Tahrir.
Los opositores se animaron el viernes por el regreso del Premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei, uno de los principales promotores de la democracia. Regresó al país el jueves por la noche después de un mes en el exterior y declaró que estaba dispuesto a conducir a la oposición en busca de un cambio de régimen.
Cuando se unió a los manifestantes el viernes después de las oraciones del mediodía, la policía les disparó chorros de agua a presión a él y sus partidarios. También golpearon con sus garrotes a algunos de los allegados a ElBaradei que lo rodearon para protegerlo.
Después que ElBaradei regresó a su casa, un contingente policial se estacionó en la entrada y le dijo que no podía volver a salir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario