Pimentel, de 29 años y presentado por las autoridades como un “lobo solitario” afín a Al Qaida, no tomó la palabra y escuchó con la cabeza gacha la sentencia del magistrado Thomas Farber en la corta audiencia celebrada en los tribunales estatales de Manhattan.
“La sentencia es 16 años de prisión y cinco años de libertad condicionada”, dijo el juez ante el joven vestido con camiseta y pantalones naranjas de presidiario, cofia negra en el cabello, gafas y barba.
Pimentel había sido detenido en su casa el 19 de noviembre de 2011 acusado de haber fabricado o comenzado a fabricar varias bombas caseras con las que pretendía atentar contra militares y civiles, de acuerdo con la fiscalía.
El 1 de marzo de 2012 fue inculpado formalmente de posesión de armas con fines terroristas, conspiración terrorista, apoyo a un acto terrorista y posesión de substancias explosivas, cargos por los que podía ser condenado a cadena perpetua.
Luego de haberse declarado inocente en un principio, Pimentel cambió de opinión y el pasado 19 de febrero admitió ser culpable del cargo de posesión de armas de fuego con fines terroristas para evitar la cárcel de por vida, según el fiscal de Manhattan, Cyrus Vance Jr.
El caso fue eje de una gran controversia porque las autoridades federales habían considerado que no existían pruebas suficientes para seguir adelante con la causa y por ello fue la fiscal del distrito de Manhattan la que continuó con la acusación.
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