En un testimonio gráfico, Johan Stipp, un médico que vive cerca de la casa de Pistorius, dijo que acudió al lugar de los hechos después de escuchar los disparos.
Stipp encontró a Steenkamp herida de muerte, con los restos de su cerebro mezclados con sangre y a Pistorius rezando por su vida.
"La primera cosa que recuerdo que dijo cuando llegué ahí fue, 'yo le disparé, pensé que era un intruso y le disparé'", declaró Stipp a la corte en Pretoria.
Stipp dijo que cuando llegó encontró el cuerpo de Steenkamp en la parte baja de las escaleras. Pistorius estaba junto a ella tratando de mantener su respiración. Stipp no encontró signos de pulso ni movimientos de respiración.
Mientras el médico describía en la corte los detalles de las heridas en la modelo, Pistorius llevó sus manos a la cabeza. Stipp, quien señaló que entrenó en el ejército con un rifle de asalto de 9 mm —el arma que mató a Steenkamp— dijo que le sorprendió que ninguna ambulancia fue solicitada cuando llegó.
La defensa de Pistorius apuntó que consultó a tres especialistas y la autopsia, y preguntó a Stipp: "Después de los disparos esa persona no pudo haber gritado. La persona no podía responder, ¿eso no le resulta lógico como médico?"
"Sí, lo es", respondió Stipp.
Los fiscales interrumpieron, asegurando que Steenkamp pudo haber gritado después del primer disparo. A principios de semana, el fiscal Gerrie Nel leyó un reporte de un experto, en el que que decía que las cuatro balas disparadas hacia Steenkamp, la cuarta fue la que dio en la cabeza, "después murió".
"Definitivamente él quería que ella viviera", aseguró Stipp. "Parecía sincero. Lloraba; había lágrimas en su cara". Al término de la jornada, Pistorius estaba entre lágrimas mientras su hermana intentaba consolarlo.
Los fiscales buscan probar que Pistorius mató deliberadamente a su novia en el Día de San Valentín, cuando realizó cuatro disparos.
Escrito por Richard Allen Greene y Marie-Louise Gumuchian, CNN
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