NUEVA YORK, (AFP) – La fiscalía federal de Nueva York
anunció el miércoles el procesamiento de 21 dominicanos que se hacían
pasar por agentes de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) y otros
organismos oficiales para extorsionar a personas que infringían la ley
mediante la compra ilegal de medicamentos.
A pedido de la justicia de Estados Unidos, las autoridades dominicanas detuvieron a 17 de los acusados en las últimas dos semanas. Cuatro de ellos permanecen prófugos, señaló la fiscalía federal del distrito sur de Manhattan en un comunicado.
“Los procesados están acusados de haber organizado un complot para extorsionar exigiendo dinero a individuos en Estados Unidos presentándose como agentes de la DEA u otros representantes del gobierno de Estados Unidos”, según la fiscalía.
El grupo comenzó a actuar en 2008 y buscaba a personas que suponía habían comprado de manera ilícita medicamentos bajo receta a través de centros de llamados telefónicos en República Dominicana o mediante internet. Uno de los delincuentes llamaba a la víctima residente en Estados Unidos y se identificaba como miembro de la DEA u otra agencia estadounidense, diciéndole que estaba siendo investigada por compra ilegal de medicamentos y que el único modo de evitar ser arrestada era pagando una “multa”.
Mediante este ardid, los acusados recaudaron en total unos 880.000 dólares.
La fiscalía los procesó por tres cargos: “conspiración para extorsión”, “conspiración para hacerse pasar por agentes federales” y “conspiración para fraude de transacción electrónica”.
A pedido de la justicia de Estados Unidos, las autoridades dominicanas detuvieron a 17 de los acusados en las últimas dos semanas. Cuatro de ellos permanecen prófugos, señaló la fiscalía federal del distrito sur de Manhattan en un comunicado.
“Los procesados están acusados de haber organizado un complot para extorsionar exigiendo dinero a individuos en Estados Unidos presentándose como agentes de la DEA u otros representantes del gobierno de Estados Unidos”, según la fiscalía.
El grupo comenzó a actuar en 2008 y buscaba a personas que suponía habían comprado de manera ilícita medicamentos bajo receta a través de centros de llamados telefónicos en República Dominicana o mediante internet. Uno de los delincuentes llamaba a la víctima residente en Estados Unidos y se identificaba como miembro de la DEA u otra agencia estadounidense, diciéndole que estaba siendo investigada por compra ilegal de medicamentos y que el único modo de evitar ser arrestada era pagando una “multa”.
Mediante este ardid, los acusados recaudaron en total unos 880.000 dólares.
La fiscalía los procesó por tres cargos: “conspiración para extorsión”, “conspiración para hacerse pasar por agentes federales” y “conspiración para fraude de transacción electrónica”.
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