Desgraciado acusado de matar a su hijo al dejarlo en auto al sol, el señor había investigado prueba cuando dura un animal en un auto expuesto al sol.

MIAMI, (AFP) – Un hombre acusado de matar a su hijo de casi dos años al dejarlo durante horas en un automóvil bajo el sol podría enfrentar la pena capital, advirtió este jueves un juez en una audiencia del caso que ha causado conmoción en Estados Unidos.

“Este es un caso de posible pena de muerte”, dijo el juez Frank Cox al cierre de la prolongada audiencia en el condado Cobb de Georgia (sureste), transmitida en vivo por cadenas estadounidenses, en una muestra del interés que ha despertado el impactante suceso.

Según la policía, Justin Harris, de 33 años, dejó el pasado 18 de junio al pequeño Cooper, de 22 meses, amarrado a un asiento para niños en su automóvil por siete horas mientras trabajaba, en un día muy caluroso.

Harris alega que se olvidó de que su hijo iba en el carro y que solo se dio cuenta de que seguía allí luego de haber conducido por unos minutos, tras lo cual se detuvo y pidió ayuda.

Pero el juez Cox encontró inexplicable que Harris “ingresara al auto y condujera antes de verificar el estado de su hijo”, aun cuando la policía alega que ya se percibía olor a descomposición.

Durante la audiencia se conocieron numerosos detalles que le dieron un giro inesperado al caso.

Según un detective de la policía, Harris dedicó el día de la muerte de su hijo a intercambiarse mensajes con insinuaciones sexuales y fotos a “muchas mujeres”, una de ellas una menor de 17 años.

Asimismo, en días previos visitó páginas de internet sobre la vida sin hijos y cómo sobrevivir en prisión, y observó videos de animales muriendo en automóviles al sol, señaló el detective, que también dijo que tanto Harris como su esposa, Leanna, se mostraron impasibles al saber que su bebé había fallecido.
Pero varios testigos afirmaron que Harris amaba al pequeño Cooper y que no había mostrado ningún comportamiento previo sospechoso.

“Era un padre amoroso, amaba a su hijo”, dijo el hermano de Harris, Randy Baygents Jr., un sargento de policía.

Harris, ataviado en un overol naranja, se mostró imperturbable hasta el fin de la audiencia de tres horas, cuando rompió en llanto.


El juez Cox negó la fianza, por lo que Harris permanecerá detenido mientras espera juicio.