SANTO DOMINGO. Manny Machado tiene muchas razones para vestir la camiseta de República Dominicana en el Clásico Mundial de Béisbol, una de ellas: su abuelo ya fallecido, Francisco Núñez.
Aunque nació y fue criado en Miami, decidió representar el país de sus padres. En un artículo publicado en The Players’ Tribune el jugador describe desde su infancia como surgió el amor por el béisbol.
Cuando llegó la hora de decidir el equipo para el que jugaría en el CMB dice, “No había ninguna forma en la que pudiera rechazar la oportunidad de representar a la República Dominicana. Está en mi sangre. Quiero hacerlo por mi madre, por mi tío y por todos los que me han ayudado en mi carrera”, manifestó.
Núñez, su abuelo, falleció el 24 de diciembre de 2009. Manny explica que su abuelo estuvo muy enfermo y que ese verano viajó en varias ocasiones jugando béisbol y no pudo estar muy cerca de él.
“Nunca me pudo ver jugar esa última vez. Tampoco estuvo cuando cumplí mi sueño de ser seleccionado en el draft el verano siguiente. No estuvo cuando debuté en las Grandes Ligas. Hasta el sol de hoy y en todos los partidos que juego, cuando entro al campo por primera vez, me agacho y escribo las iniciales F.N. en la tierra”, dijo Machado.
“Hago esto para recordarme que aunque él no esté ahí para verme jugar, él siempre está a mi lado”, añadió.
En la publicación el jugador también destaca a su tío Gio que junto a su abuelo fueron figuras claves para aprender a jugar a béisbol.
Describe que esperaba diariamente que su tío Gio llegara del trabajo para practicar. “Me bateaba rodados por horas. Me ponía contra la reja, y se paraba a diez pies o hasta más cerca y bateaba líneas durísimas, una detrás de otra.”
“Mi tío no solo me enseñó a jugar, me enseñó a ser duro, él puso mucho tiempo para trabajar conmigo. Él fue mi primer entrenador, y no creo que estuviera donde estoy si no fuera por él”, expresó.
Nelson Cruz
El tercera base describe a Nelson Cruz, como su “papá”. La primera vez que jugó con el equipo grande de los Orioles de Baltimore fue en el 2012 y le tocó enfrentarse a los Vigilantes de Texas.
“Yo había conocido a Nelson Cruz unos años antes, un jugador dominicano. Él está pendiente de todos los jugadores jóvenes latinos, es un gran mentor. Lo llamamos Papá.
Cuando llegamos a Texas y entramos al vestuario, habían dejado comida en mi armario: arroz con habichuelas, pollo, plátanos...comida de la buena. Le pregunté a uno de los que trabaja en el vestuario para quién era la comida: me dijo que para mí, y le pregunte quién la había traído, me dijo que había sido Nelson”.
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