ROMA. ¿Otorgar o no la nacionalidad italiana a un niño de padres extranjeros que nace en Italia? Un proyecto de ley en el Senado introduce el derecho de suelo como criterio jurídico para concedérsela a los hijos de inmigrantes, lo que ha generado polémica de cara a la oleada de migrantes ilegales que llegan a la península.
Un sondeo publicado el jueves en Italia sostiene que el 53,1% de los italianos se opone al “ius soli” (derecho de suelo), contra el 32,3% a favor.
Una cifra que hasta hace poco era del 41% a favor y 39% en contra, según una encuesta similar realizada en octubre.
El cambio de opinión está relacionado en buena parte con el éxodo de inmigrantes que llegan a las costas del sur de Italia a través del el Mediterráneo, según el diario romano Il Messaggero, que encargó la encuesta.
Desde hace unos quince años hijos de inmigrantes y algunos partidos de izquierda luchan para modificar la actual ley que concede la nacionalidad, basada en el “ius sanguinis ( derecho de sangre), es decir que se transmite por al menos uno de los dos padres.
Tras la aprobación en 2015 por la Cámara de Diputados del proyecto presentado por el centro-izquierda, la ley pasó a ser debatida en el Senado, donde ha generado este mes una verdadera batalla entre quienes apoyan o rechazan la enmienda, lo que está poniendo inclusive en dificultad la estabilidad del gobierno.
Se trata de todos modos de un proyecto de ley de ‘ius soli” modificado, ya que contempla entre las condiciones que uno de los padres resida en Italia desde hace más de cinco años, y que los solicitantes hayan completado un ciclo escolar completo, de primaria o secundaria.
Según el Instituto nacional de estadística, ISTAT, de ser aprobada la ley, alrededor de 800.000 niños y jóvenes se beneficiarían de la medida casi de manera inmediata y unos 60.000 cada año.
Un dato clave ya que el país no crece demográficamente desde hace al menos una década.
Pero el camino para la aprobación de la ley tiene muchos obstáculos. El movimiento antiinmigración Liga Norte considera que es “un error cultural”, que va a modificar la esencia del país.
Para la oposición, la ciudadanía debe ser “conquistada”, demostrando que se ha vivido legalmente y sin interrupciones y que se desea porque además implica la ciudadanía europea.
Para el exprimer ministro y multimillonario Silvio Berlusconi (Forza Italia, derecha), aprobar esa ley en este momento es enviar una “señal equivocada”, porque Italia es meta de un éxodo masivo de inmigrantes.
“Si saben que es fácil obtener la ciudadanía italiana se van a crear ilusiones y falsas esperanzas en África y aumentará la presión migratoria”, sostiene.
por Kelly VELASQUEZ
Presión migratoria
Italia, que se siente sola ante el fenómeno de la migración, ha recibido desde 2014 a unos 600.000 migrantes y refugiados, 180.000 sólo en lo que va del 2017.
“Los niños nacidos en Italia son italianos y es un deber para un país civilizado darles la bienvenida”, afirma el jefe de gobierno de centro-izquierda, Paolo Gentiloni, apoyado por su predecesor Matteo Renzi.
“A los que temen por la seguridad, les digo que la única manera de frenar esas amenazas y de reducir los riesgos es el diálogo y la inclusión”, aseguró al diario italiano Repubblica.
Sin embargo, para la mayoría de los italianos, la ley puede esperar y el Parlamento debe concentrarse mejor en combatir los índices de desempleo (11%, por encima de la media de la zona euro, de 9,3 %) y la pobreza, que afecta a 8 millones de personas, según cifras de ISTAT.
Italia es el país de Europa que más número de ciudadanías concede, 205.000 en 2016 frente a 63.000 en 2012.
Al legalizar el derecho por “ius soli”, Italia sintoniza con las leyes de Francia, Bélgica, Gran Bretaña y Portugal, donde se aplica esa regla pero con otros requisitos.
“Los niños nacidos en Italia son italianos y es un deber para un país civilizado darles la bienvenida”, afirma el jefe de gobierno de centro-izquierda, Paolo Gentiloni, apoyado por su predecesor Matteo Renzi.
“A los que temen por la seguridad, les digo que la única manera de frenar esas amenazas y de reducir los riesgos es el diálogo y la inclusión”, aseguró al diario italiano Repubblica.
Sin embargo, para la mayoría de los italianos, la ley puede esperar y el Parlamento debe concentrarse mejor en combatir los índices de desempleo (11%, por encima de la media de la zona euro, de 9,3 %) y la pobreza, que afecta a 8 millones de personas, según cifras de ISTAT.
Italia es el país de Europa que más número de ciudadanías concede, 205.000 en 2016 frente a 63.000 en 2012.
Al legalizar el derecho por “ius soli”, Italia sintoniza con las leyes de Francia, Bélgica, Gran Bretaña y Portugal, donde se aplica esa regla pero con otros requisitos.
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