La presente sequía, como en todas las que hemos padecido en años recientes y en el pasado, han encontrado a la población totalmente desprevenida, con solamente algunas presas construidas hace más de 20 años. Muy pocos ganaderos han tenido el interés en henificar o ensilar forrajes, para utilizarse en la época en que se presentan las carencias de lluvias, ocasionando por este motivo grandes pérdidas de animales.
En estos momentos de escasez de alimento para los animales, se puede recurrir a una planta que ha invadido casi en un 100% toda la geografía nacional. Nos referimos a la leucaena o lino criollo, ampliamente difundida en todo el país, la cual es muy consumida por los animales de todas las especies. Esta planta para la mayoría de los animales domésticos, está restringido su consumo por la presencia de un alcaloide venenoso llamado “mimosina”. Este alcaloide produce en los animales que consumen este forraje (leucaena), por encima de la cantidad que según su peso y la especie a que pertenece puede consumir por día, caída del pelo, perdida de la visión y otros males. Se ha establecido para cada especie animal y según el peso de cada uno, una cantidad determinada de este forraje, por día.
En el caso de los vacunos en la zona tropical, como está situada la República Dominicana, la leucaena se puede aplicar sin ninguna restricción. Esto se debe a que en la zona tropical la bacteria Synergistes jonesii, la cual se aloja en el estómago de los vacunos, descompone la “mimosina” convirtiéndola en una sustancia inofensiva para la salud de los animales. El país posee una gran cantidad de leucaena, de diferentes variedades que podrían servir como forraje de muy buena calidad proteica para los animales vacunos.
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