Un juez federal de Miami hizo oídos sordos el martes a los pedidos de clemencia de un exsenador de Haití y lo condenó a prisión perpetua por conspirar para matar al presidente Jovenel Moïse en 2021, un asesinato que desencadenó una ola de violencia sin precedentes en la nación caribeña.
John Joel Joseph es el tercero de 11 sospechosos detenidos y acusados en Miami que es sentenciado en lo que los fiscales han descripto como un complot llevado a cabo en el sur de Florida y Haití para contratar a mercenarios que secuestraran o mataran a Moïse. El por entonces presidente fue asesinado en su domicilio particular de Puerto Príncipe el 7 de julio de 2021.
Joseph, un conocido político y opositor del partido Tet Kale de Moïse, fue extraditado en junio para enfrentar acusaciones de conspirar para asesinar o secuestrar fuera de Estados Unidos y suministrar apoyo material que resultó en muerte, con la intención o a sabiendas de que sería utilizado para preparar o concretar la conspiración para matar o secuestrar.
La sentencia a la pena máxima tuvo lugar dos meses después de que se declarara culpable tras sellar un acuerdo de cooperación con la fiscalía con la esperanza de obtener una reducción de la sentencia. A cambio se comprometió a colaborar con las autoridades en la investigación.
En Estados Unidos los fiscales suelen recomendar a los jueces que reduzcan las sentencias, sobre todo cuando los condenados colaboran con las autoridades. Los jueces no están obligados a aceptar esos pedidos.
El juez federal José E. Martínez reveló su decisión en una audiencia de unos 30 minutos realizada en los tribunales del centro de Miami en la que Joseph pidió piedad. A pesar de haber admitido su participación en la conspiración y de haber participado incluso en reuniones donde se hablaba del asesinato, dijo que nunca planeó matar al presidente de Haití.
El exsenador estaba sentado al lado de su abogado, vestido con traje de prenso de color beige. Llevaba sus manos esposadas, sujetas a una cadena en su cintura, y sus tobillos con grilletes. Escuchó la audiencia con auriculares que le transmitían la traducción en vivo del inglés al creole.
“Resultó que el plan se salió de control”, dijo Joseph en creole después de que el juez le preguntara si quería hacer alguna declaración. Cambió para matar al presidente en lugar de secuestrarlo, “pero nunca fue mi intención”, expresó.
“Ya sea que haya intentado o no asesinarlo, usted entró en territorio peligroso”, le dijo Martínez.
Su abogado, Brian Kirlew, dijo que el hecho de haber participado en la conspiración no implica que haya estado de acuerdo con el asesinato, a pesar de que él mismo se declaró culpable de las acusaciones.
Los otros dos condenados en el caso son el empresario haitiano-chileno Rodolphe Jaar y el militar colombiano retirado Germán Alejandro Rivera García. Ambos fueron sentenciados a prisión perpetua. Otro de los acusados, Joseph Vincent, un exinformante de la agencia antinarcóticos estadounidense DEA que se declaró culpable en diciembre, será condenado en febrero de 2024.
Otros siete acusados esperan su juicio el año próximo en el sur de Florida. Para el 22 de diciembre, sin embargo, está prevista una audiencia en la que uno de ellos, el exsoldado colombiano Mario Palacios, podría declararse culpable para evitar el juicio.
De acuerdo con las acusaciones, Joseph, Jaar, Rivera, Vincent y otros, entre ellos varios haitiano-estadounidenses y unos 20 exsoldados colombianos, participaron en la conspiración para secuestrar o matar al presidente haitiano.
Moïse tenía 53 años.
Joseph fue arrestado en Jamaica en enero y en marzo aceptó ser extraditado a Estados Unidos.
En Haití, el gobierno arrestó a más de 40 sospechosos por su presunta participación en el asesinato.
Desde la matanza de Moïse, la nación caribeña ha estado sumergida en una ola de violencia pandillera que ha llevado al primer ministro a pedir el emplazamiento de Fuerzas Armadas. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas votó en octubre a favor de enviar una fuerza multinacional liderada por Kenia para combatir a las pandillas.
Funcionarios de Kenia han manifestado a AP que el primer grupo de unos 300 soldados llegaría en febrero, pero las autoridades aún están a la espera del veredicto del caso. Se espera una decisión en enero.
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