Mientras se mantiene encendido el debate sobre la criminalidad en Puerto Rico, la República Dominicana parece transitar un nuevo paradigma en las actividades del narcotráfico, donde la cantidad de drogas en el mercado local aumenta al igual que el número de usuarios, como puede colegirse tras revisar las altas cifras de droga incautada por la DNCD en los últimos doce meses y el incremento de solicitudes de servicios reportados por Hogares Crea Dominicano.
El informe presentado por la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) señala que de agosto de 2009 a la fecha, esa institución ha incautado unos 7,621 kilos de drogas narcóticas, de los cuales, 5,964.5 kilos han sido de cocaína y 1,614.9 kilos de marihuana.
Voces de alerta La voz de alerta en cuanto a la tendencia alcista en el consumo de drogas en el país la dio el presidente de Hogares Crea Dominicano, Leopoldo Díaz, el pasado mes de mayo, cuando reveló que más de cuatro mil personas pidieron auxilio en esa institución en el 2009 para "desintoxicarse" del uso de marihuana y de drogas duras como el crack, la cocaína y la heroína.
Las estadísticas de Hogares Crea -principal centro de rehabilitación de drogodependientes- establecen que el consumo está creciendo a un ritmo más acelerado que el de la economía nacional, situándose el incremento en un 10% anualmente.
Cepeda Borrero, -estudioso del tema de narcotráfico- en entrevista con DL manifestó que los países del área del Caribe están presentando tendencias de aumento tanto en el consumo como en la venta de drogas narcóticas, por lo que enfatizó la urgencia de que los gobiernos "comiencen a interpretar las señales que tienen en sus territorios y ejecuten estrategias a partir de su propio contexto y realidades".
Dijo que si algo han demostrado las estrategias de organismos antinarcóticos como la DEA es que no son efectivas "y no van a funcionar nunca porque están centradas en la política prohibicionista y de mano dura, de arrestar gente y decomisar drogas, pero no encaran el problema social detrás del narcotráfico".
Enfatizó que la lucha contra las drogas debe tomar en cuenta la realidad específica de cada país, ya que las estrategias de las agencias antinarcóticos estadounidenses no son un traje a la medida que le sirva a todo el mundo. "Por eso es urgente que los países del Caribe elaboren sus propias recetas para perseguir el tráfico de drogas, porque no es lo mismo ser una ruta de narcotráfico que un mercado de consumo".
Asimismo, señaló que de nada sirve perseguir el vicio y el mercado negro de la venta de drogas si no se cuenta con una estructura salubrista que dé resultados en términos de la rehabilitación de los adictos. Dijo que hay que mirarse en el espejo de Puerto Rico, "donde la lucha contra las drogas ha consumido millones de dólares y los resultados siguen siendo mínimos en comparación con la gravedad de la problemática".
Por su parte, el criminólogo Gary Gutiérrez, aclaró que aunque suele haber una percepción generalizada de que en Puerto Rico hay muchas oportunidades sociales y ayudas económicas debido a su relación con EE.UU. y su economía dolarizada, "la verdad es que una familia con ingresos de dos mil dólares al mes, que es la mayoría, se mantiene viviendo en los límites de pobreza y de rezago social".
Expuso que a la falta de recursos económicos hay que añadirle los problemas de violencia doméstica, conflictos familiares y los delitos contra los menores de edad "todo lo cual se traduce en altos niveles de violencia social".
En el caso de República Dominicana, subrayó que el crecimiento económico es la mejor herramienta que tiene el país para luchar contra la marginación social y el narcotráfico.
Actualmente el consumo de drogas es uno de los principales problemas de salud en Puerto Rico, con estadísticas cada vez más alarmantes. Se estima que alrededor de 70,000 personas son adictas y que pagan unos US$3 millones diariamente en la compra de drogas. Los costos para el Go- bierno superan los US$600 millones al año.
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