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domingo, 13 de marzo de 2011

Coto le hablo con el idioma de los puños a Mallorca


LAS VEGAS, Nevada -- El regreso de Miguel Cotto y Ricardo Mayorga a los cuadriláteros luego de largas ausencias por parte de ambos proponía muchas dudas e incertidumbres, pero todas ellas fueron barridas de manera aplastante con un solo gancho de izquierda cuando faltaba apenas un minuto para culminar el combate entre ambos en el MGM Grand de esta capital, cuando Miguel Cotto noqueó a su aguerrido y locuaz rival al derribarlo con un extraordinario gancho al mentón y luego lograr que abandone el pleito aduciendo una lesión en su mano izquierda a los 53 segundos del decimosegundo y último asalto del combate en el que estaba en juego el título mundial de peso mediano Jr. de la AMB en manos de Cotto.
Unas 7.247 personas presenciaron un choque en el que el dominio de Cotto fue manifiesto en la amplia mayoría de los asaltos, con un boxeo soberbio, un estado atlético espectacular, y un estado mental impecable con el que evitó que los ataques verbales continuos de su rival nicaragüense, que no logró imponer su ritmo de pelea en ningún momento.
"El plan era ser yo mismo", dijo Cotto, que al momento de la detención del combate estaba adelante en las tres tarjetas por igual puntuación de 107-103. "El plan era evitar sus trucos y sus mañas sobre el ring. Mayorga tiene las manos pesadas y pega duro. Esta fue una pelea muy en serio", agregó el campeón. La estrategia del boricua, en manos del veterano entrenador Emmanuel Steward, rindió todos los dividendos esperados. "Emannuel Sterward me dijo en el último round que me calmara, que (Mayorga) estaba cansado y que estaba decidida la pelea", afirmó Cotto.
Por su parte, Mayorga justificó su derrota diciendo que "sentí que mi pulgar me tocaba la nuca. Odio la manera en que terminó esta pelea. Entrené duro e hice lo mejor. Intenté terminar el último round, pero el dolor en mi mano era demasiado. No me importa mi dedo pulgar, yo no quería que terminara así. Yo traté de cerrar mi puño pero no pude".
El primer diagnóstico es una dislocación del dedo pulgar izquierdo, pero Mayorga será llevado al hospital para un exámen más detallado y para buscar una posible fractura.
"Como hombre tengo que admitir cuando peleo bien y cuando lo lo hago. Le doy crédito a Cotto, es un gran peleador y un gran campeón". Consultado sobre lo que le dijo a Cotto al oído una vez terminado el combate, Mayorga dijo que sus palabras fueron solo de agradecimiento. "Le agradecí la oportunidad, que yo sabía que no tenía por qué dármela", concluyó el fallido retador, que cae ahora a 4-5 en sus últimos nueve combates, con cuatro de sus cinco derrotas antes del límite.
Los primeros dos asaltos fueron controlados por un Cotto metódico y concentrado, certero con sus golpes y con buenas combinaciones por dentro. Ya en el tercero, Mayorga se arrinconó voluntariamente en un rincón neutral y desafió ruidosamente a Cotto a golpearlo, ante el beneplácito del público que esperaba la llegada del estilo histriónico tan particular de Mayorga. Ninguno de los dos pudo capitalizar ese momento, con Cotto golpeando con justeza pero con Mayorga incapaz de dar vuelta la situación o cansar a su rival lo suficiente como para montar un contragolpe interesante.
El cuarto asalto comenzó con una buena combinación de tres puños durísimo de Mayorga y terminó con una andanada de nueve puños sin respuesta por parte del nicaragüense, que se alzó así con su primer asalto en las tarjetas. Cotto saliócon todo en el quinto, respondiendo con una sólida golpiza sobre un rincón neutral ante un Mayorga indefenso, y recuperando terreno perdido.
En el sexto asalto, la propensión de Cotto a recibir golpes por su flanco izquierdo le causó algunos problemas, pero nada lo suficientemente serio como para restarle chances de triunfo. Cotto le daba mucho seguimiento a sus ganchos de izquierda y queda desprotegido para el contragolpe, y Mayorga capitalizó ese error hacia el final del asalto.
En el séptimo y el octavo asaltos, Cotto siguió imponiendo su ritmo y conectando los mejores golpes, sin dejarse caer en las pocas trampas que Mayorga podía proponerle. El combate parecía encaminado hacia una clara decisión unánime por parte del campeón.
El noveno round fue ganado a puro pulmón por Mayorga, que impuso su maña en el principio y el fin de ese asalto para dejar una mejor impresión en la opinión de los expertos en ringside. Pero ya en el décimo, Cotto afianzó aún más su control del pleito con boxeo de distancia y movilidad continua, dos claves para las cuales Mayorga, ya con el ojo derecho hinchado por los jabs continuos del campeón, no encontró respuesta en ningún momento del pleito. Los insultos abiertos y los desafíos de Mayorga a golpearlo al cuerpo bajando la defensa no surtieron ningún efecto.
Apenas comenzado el duodécimo y último round, Cotto conectó un durísimo gancho que detuvo en seco a Mayorga y lo envió de espaldas a las lonas, donde intentó levantarse con gestos de dolor. Luego de que el combate se reanudara, Mayorga se refugió en un rincón donde pareció dudar brevemente sobre su continuidad en el pleito, para luego señalarle al réferi Robert Byrd su imposibilidad de continuar el combate.
Con este resultado, Cotto mejora su marca a 36-2 con 29 KOs y se posiciona para más y mejores combates, que podrían ponerlo nuevamente en ruta de colisión con sus dos únicos verdugos hasta la fecha: Antonio Margarito y Manny Pacquiao. Mayorga, por su parte, pone su marca personal en 29-8-1-1 con 23 KOs y pone en peligro su incipiente regreso a los cuadriláteros, en el cual ha tenido apenas una sola victoria en los últimos tres años.

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