SANTIAGO. Un hombre de 33 años acusado de asesinar
y mutilar los diez dedos de las manos a su exconcubina, el pasado año,
fue condenado ayer a 20 años de prisión por los jueces del Segundo
Tribunal Colegiado de este distrito judicial.
Los magistrados Herminia Rodríguez Paulino, Yobany Mercado Rodríguez y Osvaldo Castillo, acogieron como buena y validas todas las pruebas presentadas por el Ministerio Público en contra de José Ramón Vargas, acusado de asesinar a Rossy del Carmen Sosa Almonte, de 24 años, y lanzar su cadáver en un matorral en la comunidad El Naranjo, al sur de la ciudad el 20 de febrero de 2012.
De acuerdo al expediente, Sosa Almonte desapareció de su hogar en el sector Buenos Aires y sus familiares reportaron a las autoridades el caso, encontrando su cadáver en avanzado estado de descomposición, 12 días después con los dedos de las manos mutiladas y un golpe contuso en la cabeza.
Al momento de la desaparición de Rossy, su exconcubino fue interrogado por las autoridades porque presentaba arañazos y éste dijo a los investigadores que “un conejo” le había realizado los cortes que presentaba en gran parte de su cuerpo.
El procesado José Ramón Vargas deberá cumplir la condena en el Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR) Rafey hombres.
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Los magistrados Herminia Rodríguez Paulino, Yobany Mercado Rodríguez y Osvaldo Castillo, acogieron como buena y validas todas las pruebas presentadas por el Ministerio Público en contra de José Ramón Vargas, acusado de asesinar a Rossy del Carmen Sosa Almonte, de 24 años, y lanzar su cadáver en un matorral en la comunidad El Naranjo, al sur de la ciudad el 20 de febrero de 2012.
De acuerdo al expediente, Sosa Almonte desapareció de su hogar en el sector Buenos Aires y sus familiares reportaron a las autoridades el caso, encontrando su cadáver en avanzado estado de descomposición, 12 días después con los dedos de las manos mutiladas y un golpe contuso en la cabeza.
Al momento de la desaparición de Rossy, su exconcubino fue interrogado por las autoridades porque presentaba arañazos y éste dijo a los investigadores que “un conejo” le había realizado los cortes que presentaba en gran parte de su cuerpo.
El procesado José Ramón Vargas deberá cumplir la condena en el Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR) Rafey hombres.
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