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A Ray dijo en la publicación que era “el día más difícil de su vida que nunca podría olvidar”, luego de que los médicos informaran a los familiares que Blake Ward habría sufrido unos daños cerebrales irreversibles de los que no podría recuperarse, y que habían tomado la decisión de “dejarlo ir”.
El joven Ward había estado nadando en la playa Tywyn North, en Gales para refrescarse junto a otros dos jóvenes de 16 y 17 años respectivamente, quienes también tuvieron que ser rescatados por el Royal National Lifeboat Institution (una organización de caridad que salva vidas en las costas de Gran Bretaña).
Según informaron los voluntarios que rescataron a los chicos, los tres estaban en apuros cuando fueron sacados del mar. La falta de oxígeno hacia el cerebro pudo haberle ocasionado los daños graves que al final le han costado la vida a Blake.
Stephanie continuó en su mensaje diciendo que el joven no sufrió en sus momentos finales, que estaba con toda su familia a su alrededor y que siempre tendrá un lugar especial en su corazón y extrañado. “Vuela alto mi niño y te haré sentir orgulloso, te amo y siempre lo haré”, concluye.