|
Boris Revollo
|
Su nombre es Boris Revollo. Protagoniza el primer personaje de nuestra serie. El pasado febrero decidió unirse a formar parte del equipo médico que lucha contra la pandemia del COVID-19, en el Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Barcelona (España). Allí trabaja como infectólogo. Pero poco tiempo después Boris pasó de ser un guerrero contra la pandemia a ser una víctima de ella.
Este médico, de origen boliviano, vive en España desde hace poco más de 14 años, terminó su carrera en Barcelona como internista y especialista en enfermedades infecciosas, realizó un doctorado en virología y se ha especializado en la lucha contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el virus del Papiloma Humano.
Así que si de algo sabe Revollo es sobre virus. Pero la llegada del SARS COV-2 le ha supuesto un antes y un después como profesional y como ser humano: “He vivido en el África, he trabajado en muchos países y he visto a muchas personas morir, pero no he visto nada tan dramático como lo que he visto aquí”, señala para el Listín Diario. Pasó tres años trabajando en África con Médicos sin Fronteras y otros ocho meses en Colombia, ayudando a comunidades aisladas por el conflicto armado.
Boris no dudó ni un segundo en volver a la primera línea de combate después de que guardó la cuarentena recomendada de 14 días, y se recuperó del coronavirus. Hoy no solo es uno de nuestros héroes sino, también, sobreviviente y uno de los números de las estadísticas del personal sanitario infectado en España, uno de los países con la tasa más alta de este sector. Según el Sistema Nacional de Salud (SNS), al 4 de mayo, ya acumulan 5.400 contagiados por coronavirus Covid-19 entre sus profesionales sanitarios.
Pregunta. España es el país con la tasa más alta de personal sanitario contagiado, alrededor del 14% del total de pacientes. ¿A qué cree que se debe?
Boris Revollo: A la falta de previsión. No han sabido ser responsables en el momento de administrar el material adecuado de protección. Se la han jugado. Han puesto en riesgo nuestra salud y no han sido para nada serios. Y esto sí que creo tiene que conllevar respuestas jurídicas hacia las personas responsables de esta situación.
P. Circula información de profesionales sanitarios indignados porque el plus por peligrosidad durante la pandemia es de 33 euros al mes en Cataluña.
BR. Si esto es cierto, es una vergüenza. Creo que es un menosprecio hacia el personal de salud. Es muy lindo los aplausos que nos dan, pero si el Gobierno tiene estas actitudes, es simplemente ruin. Por mi parte, me conformo si me pagan las horas extras que estamos haciendo, que ni siquiera sabemos si las vamos a cobrar. Hay momentos en lo que trabajamos más de 60 horas a la semana y estamos contratados para trabajar 40 horas.
P. Antes de declararse el estado de alarma, ¿se hizo alguna recomendación a las autoridades en el poder desde el personal sanitario?
BR: Sí, sí. Hay gente del grupo con el que trabajo, uno de ellos es Oriol Mitja, que lo hizo. Él, específicamente, empezó a dar señales de alarma, diciendo que se trataba de una pandemia que saturaría los sistemas de salud y que había que hacer algo para contrarrestar la situación y hasta habló de confinamiento. De hecho, fue la primera persona que dijo que había que anular el Mobile Word Congress 2020, en Barcelona. El campo de Oriol Mitja es precisamente el control de epidemia. Él es quien ha liderado todo lo que es la respuesta a nivel comunitario de cara a nuestro grupo de investigación.
P. Pero ya teníamos la referencia de Italia… Las recomendaciones no bastaron. ¿No se pensó desde el ámbito sanitario de que seríamos los próximos en colapsar, si estaba Italia en aquella situación?
BR. Es muy difícil pensar que te va a ocurrir lo mismo porque suceda en un país vecino. Esta es una enfermedad a la que nunca nos hemos enfrentado y hacer análisis a posteriori es bastante fácil. Creo que la comunidad científica y los médicos nos hemos visto totalmente desbordados de trabajo y no tuvimos tiempo de reaccionar. Ha habido falta de coordinación en el ámbito internacional. Esta experiencia ha demostrado que los médicos o que la comunidad internacional tiene poca solidaridad entre países.
P. La Organización Mundial de la Salud (OMS) tendrá alguna responsabilidad también en la falta de coordinación internacional, supongo.
BR: Ponte a pensar que la OMS tiene que jugar un papel de leadership en este tipo de grandes pandemias; probablemente no haya estado al nivel o, probablemente, en el momento en que ellos lanzaban las alertas, los gobiernos tampoco lo tomaban en serio.
P. ¿Qué tendríamos que haber hecho diferente para evitar la pandemia?
BR: Creo que lo que teníamos que haber hecho es que en el momento en que Italia estaba totalmente desbordada, es haber tomado medidas fuertes de aislamiento comunitario. Este es un juego entre saber tener un equilibrio entre que un país funcione (económicamente) y que un sistema de salud no se colapse. Haber hecho un confinamiento prematuro o empezar a dar órdenes bastante estrictas de porte de máscaras, liberar los test, hacer test masivamente… Se podrían haber hecho muchas cosas, pero luego de ver toda la catástrofe es muy fácil decir lo que se tendría que haber hecho.
P. Como virólogo experimentado, ¿hay algo que le haya sorprendido de este coronavirus?
BR: Muchas cosas. Lo primero es que no hemos sabido comprender rápidamente cuál es la citopatología de la enfermedad. Es un virus con muchas sorpresas. Primero es un virus altamente contagioso, que ha mutuado en una de las micro proteínas que lo envuelve, que son esas espigas que le dan esa morfología de corona por lo que se le ha llamado coronavirus. Es un virus fácilmente transmisible entre personas; que te mata por una reacción extremadamente alta de tus defensas hacia el virus, que también produce muchos efectos pro-coagulantes y que puede producir problemas dermatológicos.
P. Precisamente las reacciones dermatológicas son algunos de los síntomas más desconocidos.
BR. Sí, produce unas reacciones en la piel que pueden parecer que sean alérgicas, otras pueden parecer reacciones a la varicela. Están apareciendo unas variedades de reacciones que están relacionadas con el COVID-19, pero de momento no sabemos porqué se producen. Como te decía, es un virus que nos ha agarrado totalmente desprevenidos. Puedes ver un paciente que esté evolucionando relativamente bien de una infección por este virus y que en cuestión de días o de horas empieza a ponerse crítico hasta el punto de que necesite una intervención traqueal y/o soporte con un respirador artificial para que le ayude a respirar. Es un virus espectacularmente imprevisible.
P. ¿Tiene alguna base científica la alerta del ministro francés de Sanidad, Oliver Verán, contra el uso antiflamatorios a principio de la pandemia?
BR. Muchas alertas se han hecho con experimentos con pocos números de pacientes. Este virus ha hecho en que el nivel de evidencia científica, en el que normalmente nos basamos las personas que nos dedicamos a tratar con pacientes, baje mucho de calidad. No podría decir cuál es el razonamiento por el cual el Ministerio de Salud francés ha desaconsejado el uso antiflamatorios, pero tengo entendido que el Ministerio de Salud en España (Salvador Illa) no lo desaconseja.
P. Al principio se estaba utilizando mucho el inhibidor Kaletra, para combatir el virus, pero se ha dejado de usar, ¿por qué?
BR. Hay dos modelos de actuación de un fármaco. Uno es ver, desde un laboratorio, si actúa sobre un determinado organismo. Eso se llama la acción “invitro”, pero muchas veces no se correlaciona con la acción “invivo” de estos fármacos. El Kaletra, se ha utilizado desde hace muchos años para tratar a las personas que están infectadas con VIH y que ha salvado muchas vidas, pero es un fármaco que tiene mucha toxicidad digestiva, (diarrea, vómitos…). Si lo utilizas durante mucho tiempo puede aportar otro tipo de toxicidad. Por lo tanto, no es de esperar que lo vayas a utilizar más de un par de semanas en las personas que están infectadas con el COVID 19. Este antiretroviral (Kaletra) actuaba intuitivamente sobre el ciclo replicativo del virus, que es inhibir una proteolosis, una de las cadenas de los ensayos clínicos que viene de China y que han sido publicados en las últimas dos semanas. Se ha demostrado que el Kaletra no disminuye la mortalidad en estos pacientes.
P. ¿Y qué me puede decir del Remdesivir?
BR. Es un fármaco que se ha estado utilizando especialmente en el tratamiento de los pacientes que tuvieron Ébola y que aparentemente va a funcionar. En la actualidad hay un ensayo clínico que está en marcha, pero hay que esperar a ver qué es lo que resultará.
P. Algunos médicos están solicitando el plasma sanguíneo convaleciente o Inmunoglobulinas hiperinmunes, sobre todo para ser utilizado en pacientes con cáncer contagiados con Covid-19.
BR. Es un poco más de lo mismo. Este es uno de los remedios más antiguos en medicina, utilizar los anticuerpos que ha desarrollado una persona durante una infección para pasárselo a otra persona. Lo que habría que saber es si la cantidad de anticuerpos que se está transfiriendo va realmente ayudar a salvarle la vida. También se debate sobre si en el momento en que una persona está tan mal y que necesita soporte en la unidad de cuidados intensivos, requiere una entubación y respiración mecánica, probablemente lo más importante no sea controlar la replicación viral si no controlar la cascada inflamatoria y cascada pro-coagulante desencadenada por el virus. Esta idea es totalmente cuestionable y debatible.
P. Es lo que se está haciendo con el uso de corticoides para controlar la inflamación, ¿no?
BR. Sí, pero bueno, los corticoides puede ser que en algún momento dejen de ser de utilidad y nos inclinemos más en intentar bloquear la cascada inflamatoria medida por las interleuquinas. Lo que no sabemos es cuál de las dos estrategias da mejor resultado. Mientras no tengamos los resultados de grandes ensayos en pacientes, que demuestren qué es bueno, si el uso de corticoides versus un inhibidor de las interleuquinas o, al contrario, o no dar nada. Todo lo que se está haciendo es mera intuición y esto no es calidad de medicina.
P. A la opción de una sola respuesta certera sobre todas las dudas que tiene sobre el COVID-19, ¿cuál pregunta haría?
BR. Si el COVID 19 va a ser un virus estacional.
P. Se está hablando de que este virus tendrá unas tres oleadas ¿Qué podemos esperar de la llegada del calor?
BR. He estado hablando con un amigo que es neumólogo intensivista en Louisville, en Kentucky (USA), y él me daba un episodio totalmente dantesco, en el que la humanidad tendríamos que acostumbrarnos a vivir sin cercanía durante muchos años; de que vamos a movernos con máscaras. Particularmente, creo que no va a ser así. Creo que vamos a poder desarrollar inmunidad comunitaria. Este virus se ha comportado como un brote epidémico y pandémico, ya lo habían hecho el SARS en el 2002, ya lo hizo el MERS en el 2012. Al parecer estos virus tienen una característica en común y es que causan brotes y desaparecen. Pienso que vamos a desarrollar una inmunidad comunitaria y si no la desarrollamos, la comunidad científica encontrará una vacuna o el medicamente adecuado. Nosotros hemos aprendido a controlar virus muchos más complejos, como es el VIH.
P. ¿Qué es lo que más le ha impactado de este virus? ¿Ha cambiado algo en su vida tanto en lo personal como profesional?
BR. Es una pregunta bastante buena, lo que pasa es que hay lo que se llama un PTSD, (Post Traumatic Streess Disorder). Probablemente cuando el virus desaparezca la mayor parte de los que trabajamos en salud desarrollemos un PTSD, algún tipo de desorden postraumático… Espero que no, pero hemos estado confrontados a muchas muertes. Yo he vivido en el África, he trabajado en muchos países y he visto a muchas personas morir, pero no he visto nada tan dramático como lo que he visto aquí.
P. Por ejemplo.
BR. Gente que se muere sola, sin sus familiares más queridos, que no se pueden despedir; que empiezan a ahogarse, que las tienes que sedar porque se están ahogando y están teniendo una muerte muy agónica. También hay muchos jóvenes que se han muerto.
P. ¿Cómo será el mundo que nos quede después del COVID-19?
BR. Pienso que la raza humana es un poco tonta y que volveremos a caer en los mismos errores de siempre. En cuanto podamos salir volveremos a contaminar, a matar a los animales, a pescar masivamente, a tirar basura donde no tenemos que tirarla, a ir a las salas de urgencias cuando no es nada urgente. De aquí a un año, cuando esto se normalice, retomaremos al mismo patrón de actitud totalmente destructiva que tenemos. Espero equivocarme.
P. ¿Tiene alguna recomendación para los colegas en América Latina y ciudadanos de allí?
BR. Mi recomendación es protegerse. Que no permitan que les obliguen a ver pacientes sin las medidas de protección necesarias. Soy médico y estoy encantado de poder salvar vidas, porque es para lo que me he formado y tenemos un juramento que nos obliga, pero tenemos que proteger nuestra vida también. No es cuestión de ser héroes, de exponerse a situaciones que no correspondan. Necesitamos que los políticos tengan la responsabilidad de dar los medios necesarios para proteger nuestra salud. El problema de esta pandemia es que ha sido gestionada por políticos que no tienen ni idea de lo que está ocurriendo y que no han escuchado a los científicos, que le han estado dando señales de alerta.