SANTIAGO. Un comerciante de esta ciudad, a quien le habían diagnosticado un cáncer terminal, dispuso de su vida la mañana de este jueves, al hacerse un disparo en la cabeza en el interior de la capilla del cementerio de la calle 30 de Marzo, después de rezar ante la tumba de su esposa.
Lépido Antonio Peña, quien justamente hoy cumplía 78 años de edad, ingresó al área religiosa, luego de visitar el nicho donde desde hace casi cinco años descansan los restos de Minerva Peña Blanco, lo que hacía casi todos los días en las primeras horas de cada mañana.
Tras permanecer varios minutos en el sacro lugar en aparente oración, donde ingresó a eso de las 7:15 de esta mañana, Peña extrajo de uno de los bolsillos de su pantalón una pistola, con la que se disparó en la sien derecha, muriendo horas después en el hospital para asegurados Presidente Estrella Ureña.
El comerciante, que por más de 50 años mantuvo un establecimiento comercial en el Mercado Modelo de la calle Del Sol, había sido informado hace algunas semanas que padecía de cáncer terminal, lo que le habría provocado un estado de depresión.
Carlos Cerda, quien se identificó como hermano de crianza de Peña, dijo que el comerciante residía en los Cerros de Gurabo y que en la tarde de ayer coincidió con él en un acto religioso familiar, donde le manifestó que se encontraba deprimido.
Con su esposa Minerva, Lépido procreó a José Luis, Maritza, Lepidito, Mayra, José y Belkys. Familiares y amigos le definieron como una persona religiosa, quien desde joven se dedicó a los negocios, estableciéndose en el Mercado Modelo en 1955.
Cáncer terminal
Cuando el cáncer no logra controlarse o reaparece y la invasión de células malignas avanza sin que la ciencia médica pueda hacer mucho, se dice que el enfermo tiene un cáncer terminal. En esta etapa que es muy difícil para los enfermos y sus familiares.
Tomado de elnacional.com
Paz a sus restos
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