SDN. "Era mi vida, le dije que no saliera, que se quedara tranquilo en la casa, pero no me hizo caso", era el lamento de Johanna de los Santos, una joven de algo más de 20 años de edad, que lloraba desconsolada, tras recibir la fatal noticia de la muerte de su pareja, Vicente Cabral, también de igual edad.
Cabral murió a consecuencia de un balazo en una pierna que recibió en un supuesto atraco en el que también le quitaron un teléfono celular y el dinero en efectivo que llevaba, cuyo monto se desconoce.
El hecho ocurrió en la carretera Mella, frente a la entrada del poblado de San Luis.
Este domingo entró en las estadísticas del hospital Ney Arias Lora, de Villa Mella, como uno de los pacientes muertos durante el asueto de la Semana Santa.
Frente a la emergencia del hospital y entre sollozos, un hermano de Cabral se reprochaba por no obligarlo a que se fuera temprano a su casa, como le sugirió en más de una ocasión y a lo que el hoy difunto no prestó atención.
Dijo que al parecer, quienes les dieron el tiro lo hicieron para que se detuviera y llevarle el dinero, pues su hermano andaba en un motor, el cual no se llevaron junto a sus documentos.
Mientras la incertidumbre y la desesperanza se apoderaban de Johanna a quien sus familiares, en vano, trataban de consolar.
Cabral murió a consecuencia de un balazo en una pierna que recibió en un supuesto atraco en el que también le quitaron un teléfono celular y el dinero en efectivo que llevaba, cuyo monto se desconoce.
El hecho ocurrió en la carretera Mella, frente a la entrada del poblado de San Luis.
Este domingo entró en las estadísticas del hospital Ney Arias Lora, de Villa Mella, como uno de los pacientes muertos durante el asueto de la Semana Santa.
Frente a la emergencia del hospital y entre sollozos, un hermano de Cabral se reprochaba por no obligarlo a que se fuera temprano a su casa, como le sugirió en más de una ocasión y a lo que el hoy difunto no prestó atención.
Dijo que al parecer, quienes les dieron el tiro lo hicieron para que se detuviera y llevarle el dinero, pues su hermano andaba en un motor, el cual no se llevaron junto a sus documentos.
Mientras la incertidumbre y la desesperanza se apoderaban de Johanna a quien sus familiares, en vano, trataban de consolar.
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