Tú qué me has hecho ver muchas angustia y males, volverás a darme vida, y y de nuevo me levantadas de los abismo de la tierra. Aumentarán mi grandeza, y volverás a consolarme. Salmo 71:20, 21.
Pocos sufrieron tanto como David fue golpeado de todos los ángulos, sus mejores amigos lo traicionaron al hijo amado ambicionaba su trono con él.
Sin embargo atravesando unas de las circunstancias más difíciles, David escribía el salmo 71, y afirmó: "Sé que me levantaras del abismo de la tierra.
Nada está perdido para los que confía en el señor. Las circunstancias que te rodean pueden ser en este momento, de las más Tenebrosas. Desde el punto de vista humano, puede parecer que las cosas escaparon de tu control; pero para aquellos que confían en el Señor, nada está perdido, por que tienen la seguridad de que Dios los sacará del abismo de la tierra.
Paola llegó, un día, con la vida hecha pedazos. Estaba embarazada, a los 18 años, y no sabía qué camino seguir: sus padres La expulsada de la casa, sus amigos le aconsejaba realizar un aborto y el novio no quería saber más de ella.
fue en esa circunstancia, que asistió a una Cruzada evangélica y entendió el plan maravilloso de Dios tenía para ella. Claro que ella no sabía.
Hasta que el día, había vivido como si Dios no existiera, tenía la impresión de que la religión era cosa para gente vieja. Pero en el momento del dolor de desesperación acudió a una iglesia, y descubrió que nada está perdido para que lo que confío en Dios.
Los años pasan, y hoy Paola está casada con nombre cristiano, que cuida su hijo como si ambos fuese los padres. Con la ayuda del esposo logró terminar sus estudios y trabaja como enfermera en un gran hospital.
Emocionado, mira hacia atrás, y reconoce que realmente Dios la sacó del Abismo de la tierra. Por eso hoy a despecho de las dificultades que se aglomeran delante de ti, Confía en el señor Y di, como David." Tú qué me has hecho ver muchas angustia y males, volverás a darme vida, y y de nuevo me levantadas de los abismo de la tierra. Aumentarán mi grandeza, y volverás a consolarme.
Plenitud en Cristo
Alejandro Bullón
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