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domingo, 7 de junio de 2015

Sangre y amores no combinan

El asesinato de mujeres en nombre del amor o el desamor, en República Dominicana, al parecer, ha curado del espanto a la sociedad, que presencia aparentemente impasible, un recrudecimiento de la crueldad ya que no se trata solo de matar a la mujer “amada”, sino de infringirle el mayor daño posible a ella y quienes estén a su alrededor.
El incremento de la crueldad y saña que se evidencia, muchas veces con secuestro de las víctimas, asesinatos de parientes cercanos (casi siempre mujeres), está sirviendo casi exclusivamente para sostener el comentario informal y anodino de cada quien, mientras que los mecanismos de prevención de estos crímenes navegan en la nada, producto de la falta de conciencia de las propias mujeres en riesgo, las orientaciones de familiares que les aconsejan mantenerse en relaciones que finalmente resultan trágicas.
La crueldad exhibida por los matadores está sirviendo, hasta el momento presente, para tener un tema de sangre y morbo en las conversaciones informales de vecinos y compañeros de trabajo.
El hecho de que se trate de un fenómeno mundial, que no diferencia clases sociales y que en todos los casos está marcado por la irracionalidad de disponer de la vida de alguien por razones de creencia en la propiedad de su vida por parte de sus ejecutores, debe servir a que se pongan en tensión todos los resortes y mecanismos sociales para prevenir y sancionar ejemplarmente a sus responsables.
No ha sido suficiente, a juicio de las dirigentes feministas, la estructura legal que se ha establecido, ni las marchas y manifestaciones populares contra el feminicidio, ni la conciencia que han tomado los medios de comunicación (que anteriormente consideraban la violencia contra las mujeres como un asunto privativo del hogar y no como un tema público), cambio de actitud que se ha dado gracias a la labor de promoción del tema que desarrollaron, primero que nadie, las organizaciones feministas.
Factores
Los factores que incrementan la indiferencia social al feminicidio, de acuerdo con las voces más autorizadas: (de parte la sociedad civil: Sucy Pola- Sergia Galván (Colectiva Mujer y Salud) y Lourdes Contreras (Estudios de Género Intec) y Magaly Pineda (CIPAF) y de las esferas gubernamentales (Francisco Domínguez Brito y Rosanna Reyes y el , Procuraduría General de la República) Alejandrina Germán, )Ministerio de la Mujer) y la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, han sido claras: el feminicidio se incrementa por:
1. La escasa disposición de las víctimas a denunciar e incluso el retiro de querellas contra quienes finalmente resultan mortales agresores.
2. La falta de mecanismos ágiles y efectivos para tramitar las denuncias y la doble victimización de las mujeres por parte de autoridades policiales y judiciales carentes de una adecuada perspectiva de género.
3. La visión tradicional de la familia que se resuelve en consejos e imposiciones de que “aguante, porque es el padre de tus hijos” y “porque hace falta un hombre en la casa”.
4. El temor al agresor, con quien generalmente se convive y se depende.
5. El desamparo y la soledad de la denunciante que muchas veces se encuentra sin una protección efectiva de las acciones de sus agresores.
6- La ausencia de un sistema nacional de refugios para las mujeres amenazadas. Sólo hay casas de acogida en Santo Domingo y Santiago, una parte del territorio.
7- El estímulo a la violencia de contenidos culturales (música, cine, radio).
Las cifras
De acuerdo con las cifras oficiales de la Procuraduría, en el 2014 hubo 88 asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas, siendo 17 más que en el 2013, cuando hubo 71.
República Dominicana, que ocupa el tercer puesto de los países de latinoamérica con mayor número de feminicidios, debería replicar algunos de los planes ejecutados por naciones como Perú, Chile y El Salvador, que resultaron efectivos para disminuir las cifras de fallecimientos de mujeres a manos de parejas o exparejas, según un estudio, realizado por Greidys Roa Chalas, investigador de la Unidad de Políticas Públicas del Observatorio Político Dominicano (OPD), entidad adscrita a Funglode.
Escrito por José Rafael Sosa de el elnacional.com.do

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