Barcelona, 1 de Marzo (EFE).- Las mujeres embarazadas bioacumulan y pueden transmitir a sus fetos los filtros solares y parabenos presentes en los productos de cuidado personal, según un estudio publicado hoy en la revista “Enviroment”, aunque señala que se necesitan más estudios para determinar sus efectos. Los parabenos (conservantes bactericidas y fungicidas) y los filtros UV (protectores solares) están presentes en numerosos productos, especialmente los de higiene y cosmética. Estudios previos habían constatado su dispersión en el medio ambiente ya que se han encontrado residuos en muestras de agua, sedimentos de río, organismos (pájaros y peces, entre otros), en orina humana, esperma e incluso en leche materna.
Varios estudios en animales mostraron además que estos compuestos son perturbadores hormonales, pueden afectar al sistema endocrino y causar infertilidad, y se ha asociado su presencia con una baja tasa de espermatozoides y, en el caso de las hembras, con desajustes del ciclo menstrual. Un estudio realizado por el español Consejo Superior de Investigaciones Cinetíficas (CSIC) en colaboración con el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona ha demostrado ahora que en la placenta humana también están presentes estos compuestos.
El trabajo, dirigido por la científica del CSIC Silvia Díaz-Cruz, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea), se centra en los parabenos y en las benzofenonas, el principal grupo de filtros solares UV. Los investigadores destacan que de los diez compuestos analizados (cinco parabenos y cinco filtros UV), más de cuatro han sido encontrados en todas las placentas, y siete han sido detectados en una misma muestra.
La presencia de estos compuestos, según Silvia Díaz-Cruz, “es preocupante ya que durante el embarazo cualquier alteración hormonal puede ser altamente dañina tanto para la madre como para el desarrollo del feto”. Es la primera vez que se estudia la presencia de algunos de estos compuestos en placentas humanas.
“Sólo hay tres estudios previos como este en todo el mundo”, aseguró Díaz-Cruz, “y algunos de los compuestos estudiados ahora no se habían encontrado nunca antes”. La experta explicó que “las concentraciones encontradas superan en algún caso los 11 nanogramos por gramo, más de 500 veces el valor esperado (0,02 nanogramos por gramo)”. Sobre si es una cantidad excesiva, la investigadora señaló que “aún faltan estudios para delimitar niveles de riesgo”. Actualmente, la UE sólo autoriza en productos cosméticos dos benzofenonas (filtros solares), las llamadas BP3 y BP4. EFE
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