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lunes, 19 de junio de 2017

Un toro mata a torero ante miles de espectadores

MADRID. El matador de toros Iván Fandiño ha fallecido esta tarde a consecuencia de una gravísima cornada inferida por un toro de la ganadería de Baltasar Ibán en la ciudad francesa de Aire Sur L’Adour, han informado a Efe fuentes del departamento de comunicación del torero vasco.
El torero, de 36 años, fue prendido por el tercer toro en un quite con el capote, por chicuelinas, momento en el que trastabilló y, una vez en el suelo, el animal le metió el pitón por el costado derecho.

El diestro, de 36 años, fue prendido por el tercer toro, cuando realizaba un quite con el capote por chicuelinas. El animal pisó el capote y el diestro cayó al suelo por el embiste del toro.

Pese a que logró levantarse, el toro le siguió, volvió a derribarle y fue en ese momento cuando el animal le metió el pitón por el costado derecho.

Una cornada de 15 centímetros que afectó a órganos vitales, entre ellos el pulmón, indicaron a Efe fuentes oficiales.

A toda prisa fue conducido a la enfermería por las cuadrillas y compañeros, a uno de los cuales, el francés Thomas Dufau, pronunció Fandiño sus últimas palabras: “Que se den prisa en llevarme al hospital que me estoy muriendo”, según recoge el diario local Sud-Oest.
Fandiño estuvo más de una hora en la enfermería y no fue trasladado al hospital hasta que finalizó la corrida.

Durante ese largo tiempo, los doctores que le supervisaron en un primer momento, muy preocupados al no conocer todavía el alcance de la cornada, decidieron sedarle por completo, pues, según palabras de los propios galenos al apoderado de Juan del Álamo, Rui Bento Vasques, que accedió a la enfermería para interesarse por su estado de salud, el diestro pegaba “auténticos alaridos de dolor”.

Después del festejo fue trasladado en ambulancia para recorrer los 33 kilómetros que separan las ciudades francesas de Aire Sur L’Adour y Mont de Marsan, pero Fandiño entró en el hospital “clínicamente muerto”, según declaraciones al mismo diario del cirujano que lo asistió en el hospital “Layné”.

El alcalde de Aire-sur-l’Adour, Xavier Lagrave, dijo a Efe que el matador fue asistido de forma inmediata en la enfermería de la plaza por el doctor Jean-Claude Darracq, quien certificó que sufría una cornada de 15 centímetros que afectaba a un riñón y al pulmón, aunque no habrá un parte médico oficial hasta este domingo.

Fandiño era el más veterano de los componentes del cartel en la corrida de feria, que compartía con el torero local Thomas Dufau, nacido en Mont-de-Marsans, y con el torero de la ciudad española de Ciudad Rodrigo Juan del Álamo.
El diestro de Orduña (Vizcaya) había cortado una oreja en su primero en una faena muy aplaudida por una plaza que mostraba tres cuartos de entrada.

La muerte de Fandiño recuerda a la de Francisco Rivera “Paquirri”, que también falleció en la ambulancia que le trasladaba de Pozoblanco a Córdoba, en el sur de España.

Aún se desconoce cuándo se trasladará el cuerpo de Fandiño a España, ni dónde serán velados sus restos mortales, como tampoco se sabe dónde será enterrado, declararon a Efe fuentes del departamento de comunicación del torero.

Con la muerte de Iván Fandiño, son dos los toreros fallecidos a consecuencia de una cornada en lo que va de siglo después de la de Víctor Barrio, que hace un año perdió también la vida en la plaza de toros de Teruel, nordeste español.

Iván Fandiño fue un torero que se abrió paso a golpe de afición y sacrifico. Forjado en la capeas, se enfrentó siempre al sistema y a las grandes casas empresariales de la mano de su amigo y apoderado, Néstor García, con quien trabajó codo con codo desde sus inicios hasta la funesta tarde de hoy en Francia.
A toda prisa fue conducido a la enfermería por las cuadrillas y compañeros, a uno de los cuales, el galo Thomas Dufau, pronunció Fandiño sus últimas palabras: “Que se den prisa en llevarme al hospital que me estoy muriendo”, según recoge el diario francés Sud-Oest.
Fandiño ha estado más de una hora en la enfermería y no fue trasladado al hospital hasta que finalizó la corrida.
Durante ese largo tiempo, los doctores que le supervisaron en un primer momento, muy preocupados al no conocer todavía el alcance de la cornada, decidieron sedarle por completo, pues, según palabras de los propios galenos al apoderado de Juan del Álamo, Rui Bento Vasques, que accedió a la enfermería para interesarse por su estado de salud, el diestro pegaba “auténticos alaridos de dolor”.
Después del festejo fue trasladado en ambulancia para recorrer los 33 kilómetros que separan las ciudades francesas de Aire Sur L’Adour y Mont de Marsan, pero Fandiño entró en el hospital “clínicamente muerto”, según declaraciones del cirujano que lo asistió en el hospital “Layné” al diario Sud-Oest.
Y, aunque no habrá un parte médico oficial hasta mañana por la mañana, la fatal cornada afectaba a “hígado, riñón y pulmones”.
Una muerte que recuerda a la que de Francisco Rivera “Paquirri”, que también falleció en la ambulancia que le trasladaba de Pozoblanco a Córdoba.
Aún se desconoce cuando se trasladará el cuerpo sin vida de Fandiño a España, ni donde serán velados sus restos mortales, como tampoco se sabe dónde será enterrado, han referido a Efe fuentes del departamento de comunicación del torero.
Con la muerte de Iván Fandiño, son dos los toreros fallecidos a consecuencia de una cornada en lo que va de siglo, después de la de Víctor Barrio, que hace un año perdió también la vida a cargo de las astas de un toro de “Los Maños” en la plaza de toros de Teruel.
Iván Fandiño (Orduña, Vizcaya, 1980) fue un torero que se abrió paso a golpe de afición y sacrifico. Forjado en la capeas de Guadalajara, se enfrentó siempre al sistema y a las grandes casas empresariales de la mano de su amigo y apoderado, Néstor García, con quien trabajó codo con codo desde sus inicios hasta la funesta tarde de hoy en Francia.

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